Que se hayan robado un cañón decimonónico español de 4,000 libras de peso está del carajo, y así del carajo está la crisis económica en nuestro país. Los historiadores y las instituciones culturales han puesto el grito en el cielo pensando en la pérdida de un objeto de valor histórico... que a estas alturas quizá haya sido ya fundido y vendido como chatarra.
Por otro lado, nos preguntaríamos qué hacía dicho cañón en total abandono en un solar de Rio Piedras bajo la maleza del olvido. Los medios han comunicado que ya se habían hecho gestiones para recuperar el cañón y colocarlo en un lugar decente a su valor histórico... pero nos parece que son mentiras de las instituciones culturales del país que quieren cubrirse un poco las espaldas ante la atrocidad de dejar abandonado dicho objeto.
No podemos culpar a los ladrones que habían visto cómo los años llenaban de musgo y moho al cañón, que obviamente no tendría mucho valor si lo habían dejado abandonado de esa manera. Ante la necesidad de la vida, las 4000 libras de hierro tenían usos más prácticos...
Durante la guerra civil española, muchos monasterios fueron ocupados por prisioneros de guerra que no tuvieron más remedio que comerse el cuero de las pastas de libros de incalculable valor, incluidas biblias de la edad media. No creemos que Dios se haya ofendido por ello...
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