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El Coquí Cojo te da la bienvenida y espera que pases un rato agradable leyendo nuestras tonterías. Nuestro objetivo principal es el informarte, de una manera jocosa pero ilustrativa, de lo que sucede en nuestro querido terruño. No nos cabe duda alguna que nuestra islita es el epicentro de lo absurdo, y que superamos las más altas cotas del realismo mágico. Nuestros segmentos están basados en noticias reales que afligen a nuestra sociedad. Obviamente, para conseguir lo que consideramos jocoso, pondremos palabras ficticias a personajes reales, aunque en la mayoría de los casos no nos sorprendería en absoluto que las hubiesen dicho. El lector también podrá disfrutar de noticias totalmente falsas; la labor que tiene el lector es averiguar cúales son, tarea que a simple vista pareciera sencilla pero que a veces, debido a nuestra realidad surrealista, no lo será tanto.

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Mar 27, 2011

¿El Asilo del Caribe?

Hoy en El Nuevo Día aparece una noticia sobre la pérdida de población que sufre Puerto Rico como consecuencia de la constante emigración. Según el artículo, de cada 2 que se van, 1 regresa. Una de las consecuencias es el envejecimiento de nuestra población.
El fenómeno de la última década es muy sencillo: profesional que no encuentra trabajo, o que tiene un sueldo ridículo comparado al que cobraría en EE.UU. Y a esto sumamos que te pueden matar de un tiro si vas a beberte una cerveza a la Placita de Santurce o si vas a un concierto en el estadio Rubén Rodríguez... Y si tienes hijos es incluso peor, ya que te pueden matar a un hijo en la misma escuela. La decisión es sencilla: irse cuanto antes.
El artículo dice que los que regresan no responden al perfil de los retirados, pero nos da la impresión que los datos no están correctos, que el fenómeno se debe a que los viejos regresan si decírselo a nadie, nada más. Pasan los años, se retiran a los 65 años de edad, y comienzan a pensar en regresar al terruño. A esa edad, los huesos resienten el frío por la artritis. Piensan que ya las probabilidades de que les peguen un tiro no son tan altas porque ya no piensan en darse una cerveza en otro sitio que no sea la plaza de viejitos del pueblo o la marquesina de sus casas. Y eso de ir a conciertos no es lo suyo a esas alturas de la vida. Así que es seguro volver. Claro, eso porque no tienen ni idea de lo que van a sufrir con los médicos y los hospitales… No saben que tendrán que esperar horas y horas en las salas de espera de los médicos ya que el “revolucionario sistema” de tener un horario de citas todavía no ha cuajado en nuestra isla y que en el hospital no van a tener las medicinas necesarias y que los dejarán abandonados en camillas por los pasillos o en el cuarto del “janitor”.
El artículo del periódico es muy extenso. Nos cansamos al leerlo. Entre las cosas curiosas tenemos que la población boricua en EE.UU. es de 4.2 millones, mientras que en la isla somos 3.75 millones solamente. Y nos preguntamos ¿qué pasa con los centenares de miles de dominicanos que tenemos? ¿Dónde los habrán puesto?
El artículo dice que el destino preferido de los últimos años ha sido Florida, y que ahora se han sumado Texas y California. No podemos culpar a nadie de irse de nuestra isla, que como están las cosas, sería como decirle a una mujer abusada que no abandonara el hogar y dejara que la siguiera pegando el marido.
Al parecer estamos perdiendo un montón de profesionales. Menos mal que el gobierno está tomando medidas serias para evitar esto: tirando a los estudiantes de la UPR para que no puedan llegar a ser profesionales nunca. ¡Así se arreglan las cosas! La lógica es rotunda: “si no formamos profesionales, no los podemos perder después”.
En fin, que al paso que vamos, nos estamos convirtiendo en el ASILO DEL CARIBE. No suena mal, ahora que lo hemos escrito, tiene un toque de romanticismo y todo, ¿no? Cuando le pregunten a un boricua que lleva 35 años trabajando en una fábrica de tiestos de plástico en un pueblo perdido de la tundra de Illinois: ¿qué vas a hacer cuando te retires este verano?, contestará: “me iré al Asilo del Caribe”.
Algo que nos llamó la atención fue el siguiente párrafo en El Nuevo Día: “La disminución poblacional ha sido especialmente alta en la zona metropolitana norte, pues entre San Juan (39,048), Ponce (20,148), Bayamón (15,928), Carolina (9,314) y Guaynabo (2,129) perdieron...”.
¿Desde cuándo Ponce pertenece a la zona metropolitana norte? ¿Otro ejemplo más de nuestro fallido sistema escolar?

1 comment:

elf said...

Ah, Cc te hemos extrañado. Es cierto eso de que a los viejos no nos gusta el frio...Se t olvidó mencionar que la mayoría de los que vuelve según END, son los jóvenes que n hablan inglés y/o no son lo suficiente blancos para pasar...