A pesar de ser tocayos, Luis Gutiérrez se ha
convertido en una piedra en el zapato de Luis Fortuño. A la menor oportunidad,
Gutiérrez dice lo que está pasando en la isla en la palestra del Congreso. Esta
vez le tocó decir lo que estaba pasando con el gasoducto, específicamente el
contrato fraudulento para que diseñara el gasoducto un amigo del gobernador,
que al parecer sabía tanto de gasoductos como nosotros sabemos de enfermedades
cutáneas de los osos polares.
El pobre Fortuño ve peligrar los logros conseguidos
con su continua campaña en EE.UU., en la que ha intentado presentar una imagen
perfecta de lo que debe ser un gobernador republicano.
Lo que nos hace gracia es que cada vez que el
gobierno federal interviene en asuntos de la isla, Fortuño defiende dicha
intervención, pero ahora, que le están sacando los trapos sucios en el foro
americano, la cosa no le hace tanta gracia.
Ante el ataque de Gutiérrez, Fortuño le contesta que
tenga en consideración que la calefacción de su oficina en Washington es de gas
natural, y que los puertorriqueños tenemos tanto derecho como él de disfrutar
del gas natural…
El Coquí Cojo está preocupado porque cree que
nuestro gobernador es capaz de instalar calefacciones en todos los hogares
puertorriqueños con tal de que usemos gas natural, y que trate de convencernos
que los 103 grados Fahrenheit de nuestros días veraniegos no sean suficientes…
2 comments:
Es muy probable que nuestro gobernador cree que lo puso en su sitio con el comentario. Que triste...
Fortuno es como G. W. Bush... El tambien cree fielmente q esta haciendo lo correcto....como si fuera enviado por un ser sobrenatural! Chorro de locos!
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