Ahora según el PNP, Fortuño no tiene que hacer pública su planilla de contribuciones de este año porque García Padilla no ha cumplido el reto de que enseñase las últimas 15 planillas… Todos creíamos que el reto era simplemente que si García Padilla enseñaba su planilla actual, el gobernador también lo haría.
Según el PNP, el reto eran las planillas de los últimos 15 años ya que Fortuño las ha enseñado todas (menos la actual). La resistencia del PNP a que Fortuño enseñe la planilla de este año lo único que genera es desconfianza en el gobernador. Así de listos son los del PNP, son capaces de sacarse los dos ojos por sacarle un ojo al contrincante.
Para el observador neutral, todo indica que ya sabemos cuándo el gobernador se dejó llevar por la corrupción y se llenó el bolsillo de dinero: durante el segundo año de su mandato.
Al parecer, el primer año no le dio tiempo para robar (por lo menos no lo suficiente como para que conste en su planilla). Pero ya en el segundo se espabiló y pensó: si estoy dando contratos ilegales por debajo de la mesa, yo también me debo beneficiar.
Otro asunto feo es el que se le pida las cuentas a la esposa de García Padilla. Decimos que es feo por una simple razón: cuando se le pidieron cuentas a la esposa de Fortuño, éste levantó el grito en el cielo y aseguró que él jamás haría algo igual con la familia de un contrincante. Fortuño no mentía, o más bien, mentía sólo a medias: envió a su sabueso, Rodríguez Ema, Secretario de la Gobernación, que lo hiciera por él.
Ahora cuando algún periodista diga lo que acabamos de decir, Fortuño dirá tranquilamente que él no envió a Rodríguez Ema a acusar a la esposa de García Padilla de fraude en los impuestos, porque es esto lo que sugiere Rodríguez Ema al fin y al cabo.
También es distinto pedirle cuentas a quienes son el gobernador y la primera dama, ya que ambos están viviendo en La Fortaleza, que pedirle cuentas a la esposa de un senador. El que no vea la diferencia, mejor es que no se preocupe por estas cosas.
No tenemos ni idea si García Padilla habrá hecho algún cuento chino en sus planillas de 15 años, pero lo que si sabemos es que preferimos a alguien que deje de ser corrupto durante la gobernación y no a alguien que haya sido muy honrado y se torne corrupto a partir de ser nombrado gobernador.
A fin de cuentas, Fortuño debería enseñar su planilla, sin poner ninguna condición a que nadie más enseñe la suya. Aún más, debería ser un deber constitucional que nuestro gobernador enseñara públicamente sus planillas, sin la más mínima demora, cada 15 de abril, por ejemplo.
Apostamos que el Chuchin no presentará este proyecto de ley…
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