Expresamos nuestro sincero pésame a la familia de Karla Michelle, especialmente al padre que ha demostrado que todavía en nuestra isla hay buenísimas y honestas personas. Lamentablemente, acusamos a las emisoras de radio y televisión de hacer de la situación un pequeño circo, aprovechándose del bueno de don Carlos Negrón, padre de la fallecida, acosándole a todas horas con el simple propósito de llenar sus noticieros y extender el caso innecesariamente.
La solución es muy sencilla y ya se hace en muchísimos países: los hospitales tienen portavoces que ofrecen conferencias de prensa (una al día generalmente) en la que informan de la condición de la víctima. Generalmente las familias de las víctimas salen muy poco en los medios, normalmente al principio de la noticia y luego de la gestión hospitalaria, ya sea con buenos o malos resultados.
Tampoco entendemos cómo el hospital no mantuvo informado a don Carlos ya que sus diarias expresiones de esperanza eran obviamente contrarias a la realidad médica.
Nos quitamos el sombrero ante la religiosidad y fe de don Carlos a pesar de la poca fe de la que disponemos nosotros. Sin duda alguna, si todos fuéramos como don Carlos, se acabaría la mayoría de los males de nuestro país.
También lamentamos el triste espectáculo de la policía de Puerto Rico, sobre todo de sus altos cargos, que no le han dado la importancia necesaria al caso, descartando desde el principio las posibilidades de encontrar al culpable. Obviamente poco hay que esperar que éste se entregue por su cuenta, ni que niniguno de los testigos lo identifiquen, porque al fin de cuentas, por muchas pistolas que presuman, son unos verdaderos cobardes.
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