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Apr 29, 2012

El juego de la política: el por qué Fortuño se retractó

Después de decir que el boxeo acarreaba violencia doméstica, Fortuño ha tenido que retractarse de sus palabras ante la presión social. El primer dignatario comentó en una entrevista que los incidentes de violencia doméstica se duplicaban las noches en las que había peleas de boxeo en la televisión. No cabe duda que el dato estadístico es cierto, pero el amor al boxeo en nuestro país, mejor dicho, la devoción, es demasiado fuerte para tolerar dicha conexión. Al día siguiente, el señor gobernador cambió su cantaleta culpando al consumo de alcohol que se producía las noches de boxeo como culpable del aumento en la violencia doméstica. Una fuente que no quiso ser identificada nos dijo que Fortuño seguía las instrucciones de uno de sus consejeros de campaña quien rápidamente vio el peligro que decir dichas cosas tendría en la campaña de reelección:

- Has metido la pata, Luis. No se puede culpar al boxeo de nada. Un 88% de los electores aman el boxeo. Tienes que cambiar de parecer y retractar tus palabras.
- ¿Y qué digo?
- Como "sólo" un 75% de los electores consumen alcohol, debes al menos culpar la estadística al consumo de alcohol que se produce en las noches de boxeo. Así al menos no encolarizas a un 13% del electorado.

Pero esto no es todo, la conversación continuó, por lo que suponemos que el gobernador seguirá cambiando su versión en los días futuros:

- Pero un 75% del electorado es demasiado. ¿No hay otro sector al que podamos culpar de todo esto?
- Claro que lo hay. Dentro de unos días le echas la culpa a los hombres que están frustrados con sus vidas. Para que la conexión sea clara, el martes saldrá una estadística falsa pero convincente de que la inmensa mayoría de los hombres frustados, digamos que un 98%, tratan de ahogar las penas con alcohol y de ellos digamos que un 95% ven el boxeo en la televisión como escape. Así será que puedas cambiar la versión del tema de la violencia doméstica culpando a los hombres frustrados, que en realidad sólo constituyen un 30% del electorado. 
- ¡Qué brillante eres!
- Pero eso no es todo. Dentro de una semana cambiarás de nuevo tus palabras porque culparás de todo a las mujeres que son un incordio a sus parejas y maridos, que constituyen un 23% del electorado, o sea casi la mitad de las mujeres del país, pero de todas maneras un porcentaje mucho menor que con el comenzamos del 88%.
- Me parece genial.
- Pero tampoco la cosa termina ahí, señor gobernador. Dentro de dos semanas le echarás la culpa a las teenegers que van enseñando las tetas y los culos por llevar esas ropas insignificantes. Dirás que los hombres se frustan en este país ante la impotencia que sienten al entender que con las barrigas cerveceras que tienen se sienten frustrados de no poder aspirar a chicas tan guapas como nuestras jovencitas boricuas. Y que la frustación les lleva a beber y quieren ahogar sus frustaciones yendo con los amigos a los bares para ver las peleas de boxeo. Y alcoholizados y enfurecidos y frustados comenten el horrendo error de lastimar a las pacientes esposas y novias en un momento de locura transitoria. ¡Pero que toda la culpa la tienen las chicas adolescentes por lo buenas que están!
- Y en cuestión de porcentajes, ¿cómo mejora la situación?
- ¡Eso es lo genial del asunto! Por un lado las "ofendidas" serán las chicas jóvenes, que NO PUEDEN VOTAR por no tener 18 años. ¡Bajamos al 0%! Y lo irónico es que si pudieran votar, votarían por tí, ya que lo que realmente oirían sería que están buenísimas con tremendas tetas y tremendos culos. Por otro lado le das a quien culpar a las mujeres regañonas del país, que son un 97% de todas las mujeres casadas, y le das una excusa a los hombres salvajes para poder explicar sus salvajadas... TODOS CONTENTOS con tus afirmaciones, señor gobernador. ¡TODOS votarán por usted!

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