Intentamos imaginarnos la cara de pendejo que tendría el agente del servicio secreto de Obama cuando el policía llegó al hotel a petición de la prostituta colombiana. Suponemos que el americano no sabría qué coño estaba pasando... que una prostituta llame a la policía para denunciar al cliente que no quiere pagar lo convenido...
Lo que el americano no sabía era que en Colombia la prostitución es legal, y que por tanto, las prostitutas están amparadas por la ley, y por tanto, por las fuerzas del Estado. Así que el americano que se las quería pasar de listo, pagando $30 en lugar de los $800 convenidos, se encuentra hoy sin trabajo y con la reputación perdida para siempre, y siendo el hazmerreír del Secret Service.
Es una lástima que nadie haya sacado la foto de la cara de pendejo que el agente tendría cuando vio que la policía se encargaba del asunto...
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