Una puta colombiana casi tumba al país más poderoso de la Tierra!

Lo que hay que ver, lo que no pudo hacer la Unión Soviética en la Guerra Fría casi lo logra una puta colombiana encojonada porque su cliente americano no quería pagar sus servicios rendidos...

Nada menos que once agentes del Secret Service, la escolta que protege al presidente de EEUU, en este caso Obama, disfrutaron de los servicios de las prostitutas cartageneras durante la Cumbre de Las Américas. Curiosamente todo se destapó porque uno de los agentes se fue sin pagar a su prostituta y ésta levantó la de Dios, y no se movió hasta que el escándalo saliera a la luz pública.

A estas horas los once agentes han perdido sus trabajos. No damos mucho valor a la vida del agente que se fue sin pagar porque suponemos que los otros diez asesinos entrenados y profesionales que han perdido el trabajo, el respeto, y todo lo que tenían, estarán que arden. Así que ya el idiota podrá esconderse debajo de una palma en Indonesia, que alguno de los otros diez tarde o temprano lo encontrará. 

Suponemos que Hollywood ya estará fraguando un par de guiones al respecto... un agente perseguido por sus compañeros por el hecho de no pagarle a la prostituta. Quizá no suene muy heroica la cosa pero el gremio de prostitutas cartageneras está muy orgulloso del asunto. Según su portavoz: "A las putas se las respeta, porque si no somos capaces de tirar la Casa Blanca abajo".

Según las malas lenguas, Obama no se ha referido al caso porque él también estaba metido en el ajo y en estos momentos el hotel está siendo bombardeado por ondas electromagnéticas de alta potencia desde los satélites militares estadounidenses para estropear las cintas de vigilancia del hotel, donde se aprecia al primer dignatario norteamericano disfrutando de la hospitalidad colombiana. 

El Secret Service ha tomado cartas en el asunto y aparte de despedir a los once agentes involucrados, ha modernizado el reglamento de conducta de los agentes para que de ahora en adelante se pague por adelantado a las prostitutas asegurándose en todo momento que estén satisfechas con las remuneraciones. Así todos satisfechos, unos por una cosa y otras por otra, ha dicho el coronel a cargo del Servicio Secreto.