El rey de España pide disculpas

Hace unos días el rey de España se encontraba en un safari en Bostwana cazando elefantes. Al parecer quitando a su familia, nadie lo sabía. Pero todos se enteraron porque el susodicho rey se cayó y se partió la cadera como buen envejeciente de 74 años. 

Su vuelo a Madrid fue inmediato, su operación satisfactoria y ahora se encuentra en terapia intensiva. Lo que sucede es que en un país con un 23% de desempleo y una crisis económica que no parece tener fin, al pueblo le ha caído muy mal que su rey se haya ido a cazar elefantes. El descontento tiene dos partes: 1.- casi nadie en España está a favor de que se maten elefantes, y 2.- lo que cuesta una cacería de elefantes no cuadra con la miseria de millones de españoles. Y para empeorar las cosas, en los medios sociales y periódicos salió en seguida una foto del rey con el elefante abatido a su lado.

Los partidos políticos han criticado al rey, unos más que otros obviamente. El partido en el poder, el Partido Popular, que no tiene nada que ver con el que tenemos nosotros en la isla, no ha criticado mucho al rey dada su ideología de derechas, que en general es promonárquica. Los demás partidos han criticado un poco al rey, incluyendo el partido socialista, el PSOE. Obviamente las críticas más fuertes han surgido de la izquierda profunda, de Izquierda Unida, partido que cree en una república futura (que sería la tercera) y no ve sentido a monarquías en el siglo 21. 

Sin embargo, el rey es muy querido en España en líneas generales por su actitud desde que asumió el trono. Recordemos que de inmediato rechazó el absolutismo (que era para él una posibilidad muy tangible debido al apoyo militar que lo hubiera preferido así) a favor de una monarquía constitucional donde practicamente abdicaba a todo poder tangible, convirtiéndose en un embajador y figura unificadora más que otra cosa. Luego, en 1981, se enfrentó a un golpe de estado donde valientemente declaró que no huiría de España como lo había hecho su abuelo a principios del siglo 20, y ordenaba a los asaltadores de la democracia a deponer las armas. Si ha habido un rey que se ha ganado el respeto de su pueblo, ése ha sido Juan Carlos I. 

No olvidemos el incidente hace unos años donde mandó a callar al presidente venezolano Hugo Chávez en una cumbre latinoamericana. El "¿por qué no te callas? se hizo muy popular en ambos lados del Atlántico. Muy pocos lo consideraron un acto imperialista español por la evidente testarudez en dicho incidente del dignatario venezolano. Ya quisieran millones de venezolanos conseguir callar a su presidente y no tener que oirle por horas y horas de sermones inaguantables... 

Bueno, al parecer el dinero de la cacería no corrió por cuentas de las arcas reales, que son pagadas por el pueblo español, sino que fue un regalo de un magnate sirio, amigo íntimo del ministro saudí de Defensa. Juan Carlos mantiene una larga amistad con las casas reales árabes, sus colegas de sangre azul con turbantes.

Y ahora no ha sido su conducta inferior a la que nos tiene acostumbrados: hoy se disculpó ante los españoles admitiendo el error cometido al irse a cazar elefantes, y ha prometido que nunca volverá a  pasar. 

Sin embargo, el rey no ha incluido al elefante en su disculpa... se ha olvidado descaradamente del pobre paquidermo, que en gloria esté.