Luego de pagar las cuotas, los estudiantes de la UPR se enfrentan a un corte significativo en el número de secciones de clase disponibles, haciendo casi imposible que un estudiante pueda graduarse en el plazo estándar de cualquier otra institución académica.
El resultado del aumento de la matrícula por medio de imposiciones de cuotas no ha funcionado como se esperaba ya que no ha representado un aumento en los ingresos de la UPR. ¿Y por qué? Porque la política de cuotas ha resultado en un 35% de reducción en el número de estudiantes en el sistema, es decir, unos 25,000 estudiantes han desaparecido del sistema público universitario de nuestro país. Recordemos que junto al aumento de matrículas se llevó a cabo una reducción en el número de estudiantes de nuevo ingreso. Todas las medidas tomadas por la administración han desencadenado en pasar de unos 70,000 estudiantes a unos 45,000 este próximo enero...
En su continua trayectoria de ideas absurdas y contraproducentes, ahora la administración ve en la reducción de secciones la panacea para controlar los gastos. Suponemos que pensarán que esto les permitirá continuar con la reducción de personal docente. Sin embargo, luego de eliminar casi en su totalidad los contratos de servicio a tiempo completo, la reducción de personal docente no es tan fácil ya que la mayoría de los profesores que quedan tienen la permanencia. Los profesores que estarían en un mayor peligro en estos momentos son aquellos en probatorio, es decir, buscando la permanencia. Con el congelamiento de plazas, que ya lleva varios años, las esperanzas de permanencia son cada vez más bajas.
Sin lugar a dudas, la UPR está intentando montar un sistema de contratos de servicio a tiempo parcial donde pobres profesores ganan poco más de $2,000 por clase por semestre, es decir menos de $15,000 ANUALES por enseñar 6 clases en dos semestres (el máximo es 3 clases por semestre bajo las normas actuales) y todo esto sin beneficios (seguro médico, etc.). Pero para conseguir la proliferación de estas almas en pena, tienen que deshacerse de los profesores que tiene ahora... y la reducción de secciones puede ayudar.
Sin lugar a dudas, la UPR está intentando montar un sistema de contratos de servicio a tiempo parcial donde pobres profesores ganan poco más de $2,000 por clase por semestre, es decir menos de $15,000 ANUALES por enseñar 6 clases en dos semestres (el máximo es 3 clases por semestre bajo las normas actuales) y todo esto sin beneficios (seguro médico, etc.). Pero para conseguir la proliferación de estas almas en pena, tienen que deshacerse de los profesores que tiene ahora... y la reducción de secciones puede ayudar.
Además de todo esto, existen otros dos factores que ayudan a la reducción de profesores: 1.- los que se van al retiro no son reemplazados (y son muchos los que se están retirando dada que la media de edad es muy alta), y 2.- el éxodo de muchísimos profesores a EEUU. Muchos profesores de áreas de ciencia se están largando a EEUU, no necesariamente a enseñar ya que allí tampoco la cosa está fácil, sino a carreras alternativas de la empresa privada y sobre todo, del gobierno federal. Lamentablemente dudamos que dichos profesores regresen a la academia, por lo que su hambre y vocación didácticas han llegado a un punto final. Esta es una de las consecuencias veladas y nunca discutidas por la política administrativa de la UPR: estamos perdiendo cientos de buenos profesores jóvenes y dinámicos para siempre, y dicha administración ha forzado a cientos de profesores a cambiar de carrera, abandonando para siempre las aulas...
Una consecuencia del cierre de secciones será la prolongación del tiempo promedio para completar los grados académicos, que ya antes de la huelga universitaria eran superiores a los promedios americanos. La pregunta es quién quiere tomar 6 años para completar un bachillerato que supuestamente tomaría 4...
Por lo tanto, no cabe duda que quizá la administración busque con la reducción de secciones un mayor desaliento del estudiantado, y forzarles a "emigrar" a las instituciones privadas, o simplemente a abandonar los estudios por falta de medios económicos. Y obviamente, desalentar a los que piensan ingresar a la UPR, por lo que será factible la reducción aún mayor en el número de ingresos...
En pocas palabras, el colapso de la UPR continúa... Claro está, todo esto tiene lugar sin una sola reducción en el personal administrativo, trabajadores no docentes y trabajadores unionados... Al paso que vamos, la UPR será una universidad sin estudiantes ni profesores, pero con jardineros que cuiden predios vacíos, consejeros de estudiantes sin clientes, oficinistas mirando a las musarañas esperando que toque la hora de salida, rectores haciendo planes inconsecuentes, etc., etc.
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