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Nov 2, 2011

Cura entrometido

Del arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, ya habíamos hablado en un par de ocasiones. No nos gustaban los pequeños discursos que soltaba sobre cómo superar la situación política del país con soluciones irreales. Bueno, al parecer hasta el Vaticano está de acuerdo con nosotros ya que ha decidido investigar las intromisiones del arzobispo en la política de la isla. Para ello ha enviado al arzobispo de Guayaquil, Antonio Arregui Yarza, a que investigue lo que ha pasado en el lugar de los hechos.

No creemos que pase nada, y menos que el Vaticano amoneste al arzobispo de San Juan. Suponemos que el resultado será cortarle las alas políticas a González Nieves y obligarle a quitar las banderas puertorriqueñas de las iglesias, por ejemplo. Y obviamente suponemos que se acabarán los discursos políticos en las misas...

NO estamos en contra de los curas que pelean contra la injusticia social, pero preferimos que lo hagan a través de los perjudicados, o sea, los de abajo. Creemos en los curas sociales, que ayudan a los desafortunados enseñándoles los derechos que tienen y qué deben hacer para reclamarlos. Por otro lado, recomendamos al arzobispo a que reconsidere su elección de carrera y que deje la Iglesia si quiere proseguir con su agenda política, a la que tiene derecho como cualquier ciudadano. Lo más probable es que se quede donde está, a fin de cuentas no cualquiera llega a arzobispo.

5 comments:

Anonymous said...

Ridículo es este escrito del coquí. ¿De dónde sale eso de una agenda política desde el púlpito? El arzobispo casi nunca predica desde el púlpito porque casi nunca oficia misas. Esos comentarios son productos de penepés wannabe gringos que se openen a él porque es boricua. Si el arzobispo fuera un MacManus o un Davies, estarían felices. El coqui también, supongo.

Anonymous said...

¿"Cura entrometido"? De eso acusaban también al obispo de El Salvador Oscar Arnulfo Romero. Si estar del lado del pueblo es un "entrometimiento", santo y bueno. ¿O es que prefiere que nuestro obispo respalde a un gobierno para el beneficio de unos pocos, o peor aún, que se quede callado ante las injusticias de ese gobierno.... para que la semana que viene le escriba otra ofensiva columna? La iglesia católica de Puerto Rico sería una iglesia irresponsable como la de Augusto Pinochet en las décadas del cincuenta y sesenta en Chile si no se pusiera del lado de nuestros "descamisados", los mismos que le quieren vender a los gringos como angloparlantes blancos y adinerados.

Anonymous said...

El rector del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe (fundado en el 1976 por don Ricardo Alegría) on Miguel Rodríguez López lo ha dicho todo en su columna del Nuevo Día del 7 de Noviembre. Tome nota el Coquí Cojeando:

"Un obispo para el siglo"

Para los puertorriqueños de todas las creencias o ideologías, el arzobispo Roberto González representa lo que debe ser un verdadero hombre de paz que se atreve a poner la acción donde pone su palabra.

Ha sido un valiente defensor de las causas de nuestro pueblo y promueve la afirmación de nuestra cultura e identidad como parte de su quehacer pastoral.

La reciente creación del Altar de la Patria en la Catedral de San Juan, es un proyecto de hondo sentido histórico que debe llenar de orgullo a todo el pueblo puertorriqueño.

Bajo su iniciativa y dirección desde el 2004 se han estado celebrando anualmente en nuestro país una serie de importantes simposios sobre los vínculos y relaciones históricas entre la Iglesia y la sociedad puertorriqueña en los pasados cinco siglos.

En estos eventos académicos, donde hemos participado historiadores, arqueólogos, religiosos, sociólogos y estudiantes, se han discutido una gran variedad de temas, algunos sumamente espinosos y controversiales para la propia Iglesia Católica, relativos a esos vínculos, a veces conflictivos y a veces armoniosos, que entrelazan el mundo religioso con la historia y la cultura de nuestro pueblo a través del tiempo.

Prácticamente todas las instituciones universitarias, públicas y privadas, el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, la Universidad del Sagrado Corazón, la Universidad del Este y otras entidades, hemos respaldado y colaborado con gran entusiasmo con las iniciativas del señor arzobispo. Se ha reconocido de esta manera las grandes aportaciones y el liderato de monseñor Roberto González, tanto en la comunidad académica como en la vida comunitaria y social del país.

Como educador y ciudadano puertorriqueño, y también como rector del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, fundado en el 1976 por don Ricardo Alegría, deseo expresar mi absoluta solidaridad con monseñor Roberto González, en este momento en que la intolerancia y el fanatismo intentan volver a asomar sus garras en nuestro país.

Con su ejemplo Roberto González Nieves ha sido un obispo para el Puerto Rico del siglo XXI.

el coquí cojo said...

Vamos a ver, es obvio que el arzobispo tenga gente que le apoye. No nos cabe duda alguna que el arzobispo ha hecho cosas muy buenas, la pregunta es si debe hacerlas desde su posición clerical. Un cura puede y debe ayudar a los desamparados, enseñarles cuáles son sus derechos y deberes, enseñarles a exigir lo que como ciudadanos tienen derecho... pero la línea de hacer estas cosas desde una palestra pública es debatible. No olvidemos que el arzobispo tiene la opción de dejar el hábito y dedicarse a la política abiertamente. Ya sabemos que muchos piensan que lo que el ha hecho no es dedicarse a la política abiertemente, pero recordamos que la línea es muy difusa... creo que estamos confundiendo todos la magnesia y la gimnasia.

el coquí cojo said...

Lo irónico es que El Coquí Cojo defiende la independencia de nuestro país, por lo que nuestros lectores pensarán que estamos tirando piedras a nuestro propio tejado... Pero por otro lado queremos mantenernos lo más objetivos posibles (al menos de vez en cuando!). Quizá resulte que todo esto es simplemente una pesquisa de tipo financiero, no lo sabemos a ciencia cierta y que las especulaciones de unos y otros estén equivocadas, si bien son útiles para debatir algo importante.