Ha nacido un nuevo foro de integración internacional, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. La idea comenzó a gestarse hace tres años por iniciativa del entonces presidente brasileño Lula da Silva, político que ha pasado a la historia como uno de los mejores planificadores del continente suramericano. Brasil ha despegado económicamente como un cohete gracias a una planificaciñón coherente de coordinación nacional con el propósito de sacar a dicho país de la pobreza.
Los que se preguntan por qué hacía falta un nuevo foro de naciones latinoamericanas y caribeñas cuando ya existe la Organización de Estados Americanos (OEA) deben entender la gran diferencia entre ambos organismos: CELAC no incluye ni a Estados Unidos ni a Canadá. La OEA reside en Washington y durante décadas ha servido de impulsora de los intereses económicos y políticos de Estados Unidos en el hemisferio americano. Cuando la OEA se fundó, el propósito de control por parte de los americanos sobre el continente era obvio pero las naciones latinoamericanas no tuvieron más remedio que aceptarlo debida a la abismal pobreza y a la deuda contraida con el vecino del norte. Era la América Latina de los gobiernos corruptos, gobiernos que no paraban de pedir préstamos para el desarrollo porque el dinero realmente iba a los bolsillos de la estrata dirigente, de las oligarquías. Era la América Latina en manos de unos desalmados que construyeron fortunas ingentes a costa de la pobreza de sus pueblos. Los intereses de la oligarquía y los nortemaericanos iban de la mano...
Obviamente no podemos culpar a los americanos de proteger sus intereses y labrar un panorama de dominancia exclusiva en el continente ya que es normal que cada nación defienda sus propios intereses antes de los intereses de los demás. Tampoco podemos discutir los logros de la OEA como agencia "estabilizadora". Sin embargo, la estabilización del continente se basó por varias décadas en la resistencia a ideales izquierdistas dentro del marco de la guerra fría entre EEUU y la ya difunta Unión Soviética.
Obviamente no podemos culpar a los americanos de proteger sus intereses y labrar un panorama de dominancia exclusiva en el continente ya que es normal que cada nación defienda sus propios intereses antes de los intereses de los demás. Tampoco podemos discutir los logros de la OEA como agencia "estabilizadora". Sin embargo, la estabilización del continente se basó por varias décadas en la resistencia a ideales izquierdistas dentro del marco de la guerra fría entre EEUU y la ya difunta Unión Soviética.
Lula da Silva tuvo la idea de formar un nuevo foro que permitiera, o al menos facilitara un frente común contra la crisis económica abismal que se había iniciado en EEUU y poco después Europa. Tanto EEUU como Europa siempre fueron los grandes inversionistas económicos en América Latina, por lo que Lula no tardó en ver el tsunami que se avecinaba. Brillantemente Lula estableció una política económica latiniamericana de cooperación, y no cabe duda que toda la región está avanzando económicamente a pesar de la crisis, lo que los economistas americanos y europeos coocen como economías emergentes.
Los detractores de CELAC pueden esgrimir el hecho de que la organización se haya inagurado en Venezuela, que regentada por Chavez defiende una política fuertemente antiamericana. Otro país propulsor ha sido Ecuador, que si bien menos radicalizado que Venezuela, se acoge a ideales antiamericanos. Sin embargo, la fuerza del foro es indiscutible ya que agrupa a un cuantioso número de naciones: 33. Los gobiernos son de derecha, centro e izquierda, por lo que se puede decir que los propósitos de CELAC trascienden los ideales políticos y que tiene por foco el bienestar de los habitantes al sur de los EEUU, cosa que la OEA nunca tuvo como norte real.
Creemos que deberíamos aprender de la CELAC. Alejarse de los EEUU es el centro de la propuesta. América Latina no puede seguir dependiendo de las inversiones americanas, ni de la política de Washington. América Latina ha aprendido esto en años recientes, desde que la coyuntura económica mundial comenzó a ser propicia para la apertura inversionista y comenzó a recibir la influencia asiática, región que cada vez puede exigir más del resto del mundo. El despertar de China hace una década está cambiando el panorama económico mundial. A diferencia de EEUU, a China le viene sin cuidado los regímenes imperantes en las naciones donde invierte o compra materias primas. Muchos se oponen a dicha politica ya que prefieren que las naciones inversoras exijan el cumplimiento de los derechos humanos y la democracia como requisito fundamental a los países que quieren beneficiarse de sus inversiones. Pero seamos realistas, el historial de influencia norteamericana en América Latina ha sido desastroso, derrocando gobiernos de tendencias izquierdistas e imponiendo dictaduras fascistas. Si Estados Unidos defiende una postura más abierta y políticamente correcta hoy en día es simplemente porque sabe que no puede seguir imponiendo su voluntad como antes.
Lo que tendríamos que discutir es ¿qué pinta Puerto Rico en todo esto? ¿Debemos ser parte de los cambios que se están efectuando en América Latina? ¿O debemos seguir cerrando los ojos a lo que sucede al oeste y sur de nuestra isla y seguir comportándonos como la colonia indolente como lo hemos hecho hasta ahora? ¿Qué futuro realmente queremos? ¿Qué pasará cuando el balance económico siga cambiando a favor de las naciones que nos rodean? Obviamente el camino hacia la prosperidad de América Latina tiene muchísimo que recorrer, pero la corriente de sentido común, la corriente de supeditar los avances económicos al bienestar de la gente (al fin, por Dios) ha comenzado a cuajar en Ameríca Latina y las naciones caribeñas que son nuestras vecinas.
¿Son los intereses de la CELAC antiamericanos? No necesariamente, es simplemente trascender de ellos. "Ya es hora de independizarse económicamente" es el principio rector de la CELAC. Y hacerlo de manera colectiva, entre naciones cuyas realidades tienen mucho más de común que de diferente. El hijo que se da cuenta de que es hora de marcharse de casa y formar una familia propia... ¿lo hace para contrariar a los padres? Claro que no.
Lo curioso de todo es que a pesar de haber estado más de un siglo bajo la tutela americana, hoy más que nunca nos parecemos al desastre político y económico de lo que ha pasado a llamarse como el fenómeno de las repúblicas bananeras... etapa que ha sido superada por la mayoría de las naciones latinoamericanas.
A pesar de la tutela y dominio económico americano, Puerto Rico se parece mucho más hoy en día a América Latina que a EEUU. El seguir cerrando los ojos a dicha realidad impedirá que avancemos. Nuestra realidad es muy triste. Ni siquiera tenemos control de nuestros puertos, ni de nuestra política económica internacional, ni siquiera podemos comprarle petróleo a los venezolanos a un precio mucho más barato que el que impone el mercado ideado por neustro "dueño".
A pesar de la tutela y dominio económico americano, Puerto Rico se parece mucho más hoy en día a América Latina que a EEUU. El seguir cerrando los ojos a dicha realidad impedirá que avancemos. Nuestra realidad es muy triste. Ni siquiera tenemos control de nuestros puertos, ni de nuestra política económica internacional, ni siquiera podemos comprarle petróleo a los venezolanos a un precio mucho más barato que el que impone el mercado ideado por neustro "dueño".
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