El ausentismo policial de las últimas semanas ha sido un verdadero descaro y prueba de la falta de ética laboral de la uniformada. Desde que Fortuño dijo que no se pagarían los días de enfermedad no tomados, miles de policías han optado por no ir al trabajo aduciendo enfermedad. Todos sabemos que no están enfermos, pero así son, unos oportunistas insatisfechos por el alza de salarios que obtuvieron hace unas semanas. A los policías no les importa un comino que en estos tiempos de crisis la mayoría de los ciudadanos no haya obtenido subidas de sueldo en 2011. En el mundo entero, los gobiernos le están bajando o congelando el sueldo a los funcionarios públicos, de los que los policías son parte, pero nuestros policías son unos ingreídos. Encima de todo, les da igual su paupérrima efectividad en la lucha del crimen. ¿Por qué el salario de los policías no se ata a la efectividad? Lógicamente debería ser así, como por ejemplo, a los vendedores "si no venden más, no se justifica un aumento de salario".
Del otro lado tenemos a los sicarios del país, que simplemente no descansan, que no se toman un día libre, ni siquiera los festivos. La ética laboral de los sicarios es simplemente envidiable, un verdadero ejemplo a seguir. El gobierno debería desarrollar unos cursos profesionales donde algunos sicarios vayan a los cuarteles para motivar a los policías a trabajar más. ¿Se imaginan? Sería algo así:
"Yo salgo todos los días a matar a los que me indican los jefes. No siempre los encuentro, hay muchos días que mi trabajo no fructifica, ya sea porque busco incansablemente a la víctima y no la encuentro, ya sea porque el tipo no sale de su casa y me la paso esperando que salga, ya sea porque se me encasquilló el arma... pero sé que tengo que vencer la frustración y seguir laborando, sólo así echaré adelante. Cuando los jefes se molestan, sé que lo hacen por mi bien, para que mejore en mi profesión, no la tomo contra ellos. Lo importante es mejorar día a día. Incluso cuando estoy enfermo, con la monga por ejemplo, yo salgo a trabajar... También soy consciente que mi trabajo necesita que esté en forma, que me conserve delgado y ágil, no puedo dejarme engordar como muchos de ustedes, queridos policías. La gran mayoría de ustedes no me podría perseguir más de una cuadra. Además, cuando no estoy en la calle, estoy limpiando mis utensilios de trabajo, mis armas, y veo la televisión, los shows de criminalidad para tomar notas, son mis cursos de adiestramiento... Eso de ausentarme del trabajo porque no me han dado el aumento de sueldo que sé que no me merezco porque no hago bien mi trabajo nunca se me pasaría por la cabeza... Ustedes son unos vagos de siete suelas, la verdad es que me dan vergüenza como ciudadano puertorriqueño... Lo fácil que ustedes hacen mi trabajo es vergonzoso para el país...".
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