Esta mañana don Agustín Rodríguez Neris se bajó del carro porque algo no se oía bien, y no era el ruido desacompasado de su corazón ya que venía de otro sitio. En fin, el buen hombre se baja del auto, y de repente un desconocido se lo lleva por delante quien sabe por qué, quizá iba texteando al novio o novia, o iba jumao, la cuestión es que se llevó a Don Agustín por delante y se fue lo más contento sin hacer el mínimo esfuerzo de ver si podía salvarle la vida, llevarle a un hospital, etc. Esta es la calidad de personas que van por ahí. Ya son muchos los viejitos que se nos van en las carreteras, la mayoría de ellos cruzando una avenida carente de pasos de peatones.
Esperamos que puedan hallar al causante de la desgracia. Quizá sea más grave el hecho de abandonar la escena del accidente que el hecho de haber arrollado al desdichado. Le exhortamos que se entregue a las autoridades y nos ahorre todo el dinero de los fondos públicos para delucidar el incidente.
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