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El Coquí Cojo te da la bienvenida y espera que pases un rato agradable leyendo nuestras tonterías. Nuestro objetivo principal es el informarte, de una manera jocosa pero ilustrativa, de lo que sucede en nuestro querido terruño. No nos cabe duda alguna que nuestra islita es el epicentro de lo absurdo, y que superamos las más altas cotas del realismo mágico. Nuestros segmentos están basados en noticias reales que afligen a nuestra sociedad. Obviamente, para conseguir lo que consideramos jocoso, pondremos palabras ficticias a personajes reales, aunque en la mayoría de los casos no nos sorprendería en absoluto que las hubiesen dicho. El lector también podrá disfrutar de noticias totalmente falsas; la labor que tiene el lector es averiguar cúales son, tarea que a simple vista pareciera sencilla pero que a veces, debido a nuestra realidad surrealista, no lo será tanto.

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Nov 8, 2011

Pena por violar la Ley 54: ahogamiento

Al parecer, varios de los 8 reos que se ahogaron al ser la van arrastrada por las aguas estaban en dicha situación por haber violado la Ley 54, abuso físico por razón de género, que se traduce a pegarle a la esposa o pareja.

Le preguntamos a Gumersinda Aspavientos, señora que ha enviado a su marido unas 17 veces a la cárcel por violar dicha ley: "La verdad que las hay con suerte, yo ya le he enviado a la cárcel 17 veces y siempre sale la mar de contento...". Genoveva Eustanasio nos dijo: "De ahora en adelante le daré un flotador a mi marido cuando le acuse de pegarme para que lo tenga siempre consigo por si acaso". Melanio Sincallos expresó que la próxima vez que su esposa le amenace de mandarlo a la cárcel, tratará de disuadirla diciéndola "me ahogo, me ahogo"... con las manos en el cuello.

En la Edad Media se tiraba a las acusadas por brujería a las aguas, maniatadas. Si flotaban eran culpables y se las quemaba en la hoguera. Si se ahogaban eran inocentes.... Así era la "justicia" en aquellos días...

2 comments:

elf said...

Guácala.

el coquí cojo said...

Obviamente no queremos reirnos ni mucho menos de las tragedias de los fallecidos. Incluso nos imaginamos a los dos guardias viendo la van sumergiéndose sin hacer mucho por evitarlo. Quizá porque no pudieron, o porque no quisieron arriesgarse, o simplemente por menosprecio a la vida, especialmente por el hecho de que los otros iban esposados... Hemos perdido el alma en nuestro país. No cabe duda.