El Hospital Oncológico lleva meses en una situación de quiebra inaudita. Su deuda sobrepasa los 14 millones de dólares. Ahora un grupo de pacientes y antiguos pacientes está haciendo esfuerzos para celebrar actividades de recaudación de fondos para aliviar la deuda del hospital. Obviamente es una iniciativa loable, sin embargo tiene como consecuencia aumentar la dejadez de las autoridades gubernamentales, que encima de la inercia que les caracteriza, pensarán que la solución es ésa, que sean los mismos pacientes los que salven a los hospitales.
Será aún más fácil para los administradores lavarse las manos. Desde hace mucho piensan que el que no pueda recibir cuidados médicos del hospital Oncológico, que se vaya a otro hospital, y que si no tuviese dinero para ello, ése es su problema. Pues ahora podrán decirle a los enfermos de cualquier hospital en problemas que sigan el ejemplo de los pacientes del Oncológico y organicen bailes, rifas, lo que haga falta para ayudar al hospital de turno a superar sus deudas...
Es triste pensar en los miles de pacientes que dependen de un hospital, que no tienen dinero para ir a otro sitio, y que encima del estrés terrible de combatir una sentencia de muerte no sepan si el tratamiento que reciben podrá completarse como es debido.
Le decimos al gobierno que se vea en un espejo, para que se dé cuenta de que si alguien padece de cáncer, es él mismo.
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