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Oct 13, 2011

Agresiones sexuales en la UPR

La política que ha seguido la rectora Ana Guadalupe ha sido la de hacer lo que sea necesario para que la administración pueda aplastar rápidamente cualquier conato de huelga estudiantil que pueda generarse en caso de que la administración decida seguir apretando las tuercas a los estudiantes, ya sea con aumentos de matrículas, imposición de cuotas, eliminación de becas de mérito académico o deportivo, etc., etc., etc.
Dicha política ha llevado a la eliminación de portones bajo la pantomima de "campus abierto", siendo el propósito real el que los estudiantes no puedan encerrarse en el recinto en caso de huelga, y que la policía tenga fácil acceso para cargar contra los estudiantes.
El resultado ha sido que todo el que quiera puede entrar en el recinto como Pedro por su casa, y de ahí las agresiones sexuales.
No nos cabe duda alguna que la rectora sabe esto muy bien, y tampoco nos cabe duda que no volverá a colocar los portones. Para ella lo de las agresiones son "pelitos que le caen a la leche", y si hace algo será más bien para cubrir las apariencias ante los medios de comunicación. Quizá dentro de unos días, la rectoría anuncie un nuevo programa de patrullaje, que será poco más que inservible, o la contratación de un par de policías universitarios, lo que tampoco será eficaz. Y por el lado inferior de la mesa, por decirlo de alguna manera, le pedirá a la policía que esconda a ser posible las próximas agresiones y las recalifique de alguna manera como hurto, etc. El caso de la profesora agredida sexualmente hace unos meses se calificó de robo y actos impúdicos...
En la prensa de hoy se dice que las agresiones sucedieron durante los periodos de comida de los 92 policías universitarios. Dichos horarios de comida son bestiales: 7:45 a 10 AM, y de 3:35 a 6 PM. Es decir, de las 10.25 horas desde las 7:45 AM hasta las 6 PM, 4.75 son de periodos de comida (¡no en balde están tan gordos! son bromas, sabemos que se rotan en las horas de comida, ¡y rotan también al volver a la comisaría!). La policía dice que los agresores los "tienen leídos" ya que los incidentes ocurren cuando la vigilancia es mínima. Si pensamos de manera retorcida, cabría la especulación que los agresores son un par de manzanas podridas de la guardia universitaria, lo que tampoco sería una suposición ilógica dada la afición de algunos policías al hobby del manoseo de tetas estudiantiles, que claramente vimos durante la huelga...
Suponemos que la rectora pedirá a la policía normal, a la que opera fuera del recinto, que patrulle y campee por el recinto a sus anchas, cosa que violaría la autonomia universitaria, que luego de tantas violaciones por parte de la administración se ha convertido en un chiste de mal gusto.
Tampoco nos extrañaría que la administración decida culpar los incidentes a estudiantes (quizá lo sean, tampoco hay que descartarlo) para seguir apretando las tuercas a los estudiantes en general. Si la policía descubre que los agresores son hombres ajenos a las actividades académicas, es decir, que son unos enfermos que se están aprovechando de la estúpida política de "open campus", es muy probable que nunca nos enteremos.
El recinto de Río Piedras no tiene ni 15,000 estudiantes, un 25% de reducción gracias a la cuota y a la  política opresora de la administración de la señora rectora. Esperamos que lo de no hacer nada para impedir futuras violaciones de estudiantes no sea parte de un esfuerzo de repoblación del recinto... Estamos seguros que no, ya que la rectora nunca hará nada para que aumente el número de enemigos, que así ella considera a los estudiantes... sus enemigos...

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