Con los actos vandálicos y las agresiones sexuales ocurridas recientemente en el recinto de Río Piedras de la UPR, parece que la política de puertas abiertas hecha por la rectora Ana Guadalupe se ha convertido en una de ventanas rotas, chicas agredidas y carros robados...
Aunque no lo quiera admitir, el echar abajo los portones tuvo como fin principal el que los estuduantes no pudieran encerrarse en el recinto en caso de huelga. Sin portones, la policía podrá entrar sin grandes problemas al recinto.
Curioso que el vandalismo en la casa oficial de la rectora (donde ella no vive y sólo se reserva para actividades especiales de la universidad) haya sucedido poco después de que la rectora impusiera medidas especiales para la protección de las estudiantes luego de cinco casos de agresión sexual, cuyo artífice o artífices está o están en libertad.
¡Menudas medidas de seguridad!
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