Bueno, la película es perfecta para que los americanos mantengan los estereotipos que tienen de nosotros... Aunque sea cierto que la película se desarrolla en 1960, la imagen de PR y de los puertorriqueños deja muchísimo que desear. La película refleja una imagen hostil de PR hacia los americanos en líneas generales, si bien tampoco tenemos una imagen muy elogiable que digamos de los americanos: un grupo de americanos refleja la codicia americana tratándose de aprovecharse económicamente de su colonia, el oportunista jefe de redacción del San Juan Star refleja la falta de profesionalidad y el conformismo insulso ante las circunstancias, el turista americano obeso refleja en parte el estereotipo del idiota, etc.
El personaje central, en manos de Depp, logra sobreponerse a la codicia y recupera el camino del bien y encuentra su voz como escritor y periodista y se dedicará (a partir del final) a una carrera en defensa de los débiles... Durante el film, se menciona a los pescadores puertorriqueños que se han quedado sin su modo de vida por el exterminio de los peces por los desperdicios tóxicos de las empresas americanas vierten al mar... y que les fuerza a sobrevivir de una manera bastante inhumana.
Teniendo en cuenta que quizá los espectadores americanos no se fijen demasiado en las fechas, pensarán que aún somos un pueblo en la miseria total, en el que el único negocio posible son las peleas de gallos. Por otro lado, el periódico del San Juan Star queda muy mal parado ya que se limita a satisfacer a sus patrocinadores, que lo único que quieren que se refleje en las páginas del diario es el paraíso tropical para el turismo, y lo bien que se lo pasan los turistas de los cruceros, hoteles y casinos; turistas que prefieren quedarse en la playa del hotel dado los peligros que acarrea salir a pasear por la isla, infestada por puertorriqueños, que como animales al acecho, esperan la menor oportunidad para aprovecharse del turista ingenuo...
El personaje central, en manos de Depp, logra sobreponerse a la codicia y recupera el camino del bien y encuentra su voz como escritor y periodista y se dedicará (a partir del final) a una carrera en defensa de los débiles... Durante el film, se menciona a los pescadores puertorriqueños que se han quedado sin su modo de vida por el exterminio de los peces por los desperdicios tóxicos de las empresas americanas vierten al mar... y que les fuerza a sobrevivir de una manera bastante inhumana.
Teniendo en cuenta que quizá los espectadores americanos no se fijen demasiado en las fechas, pensarán que aún somos un pueblo en la miseria total, en el que el único negocio posible son las peleas de gallos. Por otro lado, el periódico del San Juan Star queda muy mal parado ya que se limita a satisfacer a sus patrocinadores, que lo único que quieren que se refleje en las páginas del diario es el paraíso tropical para el turismo, y lo bien que se lo pasan los turistas de los cruceros, hoteles y casinos; turistas que prefieren quedarse en la playa del hotel dado los peligros que acarrea salir a pasear por la isla, infestada por puertorriqueños, que como animales al acecho, esperan la menor oportunidad para aprovecharse del turista ingenuo...
Una escena muy dañina a nuestro país es la del juicio fatulo en una supuesta corte boricua que padecen los americanos. Antes de la audiencia, los prisioneros están en una cárcel atestada de criminales. El juicio se celebra en medio de la noche y según lo que se describe, sólo puede salir inocente el que tenga los medios económicos para intimidar al juez amenazándole de llamar a alguien poderoso con la potestad de hundir al mismo juez. Puerto Rico aparece como un país sin capacidad de justicia... (lo que muchos dirían no estar muy lejos de la realidad actual, todo sea dicho).
La escena más fuerte de la película sea tal vez la violación de una chica americana por un grupo de negros durante los carnavales en Saint Thomas. No creemos que el espectador americano promedio entienda que la escena no sucede en PR (claro está, fuera como fuera, es un gran insulto a nuestros vecinos caribeños).
Otra escena desafortunada, cuyo ánimo es el perpetuar la imagen de los caribeños como practicantes del vudú más horrendo, presenta a una bruja-sacerdotisa de vudú lanzando un hechizo de inbatibilidad a un gallo. Realmente estúpido.
Lo único que merece la pena son las hermosas vistas del litoral puertorriqueño y de El Viejo San Juan. Lo demás es pobreza y más pobreza, gente que malvive en condiciones deplorables...
Aunque nuestro pueblo está deseoso de salir de la crisis económica, y veamos la llegada de producciones de películas como algo positivo, tenemos que meditar qué coste estamos dispuestos a pagar por ello. Esta película es denigrante para nuestro pueblo, y aunque se pueda pensar que su objetivo es meramente de entretenimiento (no mucho más según nuestro criterio, y si lo hubiese, se debería haber hecho mucho mejor, de una forma más seria sin lugar a dudas) no debería haberse permitido... Y no hablamos de censura (aunque se podría debatir), estamos hablando de la sarta de estereotipos deplorables que presenta.
También es deplorable la práctica ausencia de personajes importantes en manos de actores y actrices del patio. Es realmente denigrable los papeles de los nuestros.
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