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El Coquí Cojo te da la bienvenida y espera que pases un rato agradable leyendo nuestras tonterías. Nuestro objetivo principal es el informarte, de una manera jocosa pero ilustrativa, de lo que sucede en nuestro querido terruño. No nos cabe duda alguna que nuestra islita es el epicentro de lo absurdo, y que superamos las más altas cotas del realismo mágico. Nuestros segmentos están basados en noticias reales que afligen a nuestra sociedad. Obviamente, para conseguir lo que consideramos jocoso, pondremos palabras ficticias a personajes reales, aunque en la mayoría de los casos no nos sorprendería en absoluto que las hubiesen dicho. El lector también podrá disfrutar de noticias totalmente falsas; la labor que tiene el lector es averiguar cúales son, tarea que a simple vista pareciera sencilla pero que a veces, debido a nuestra realidad surrealista, no lo será tanto.

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Jul 27, 2011

¿Tiene solución la criminalidad? Depende de muchas cosas...

La criminalidad nunca bajará demasiado en nuestro país porque eso requeriría una verdadera guerra contra el narcotráfico como está pasando en México. El narcotráfico está demasiado instalado en nuestra isla para que la policía pueda hacer mucho. El gobierno lo sabe muy bien y por eso se limita a decir tonterías y poner cortinas de humo para que la ciudadanía crea que se está haciendo lo posible.

Por lo tanto, la estrategia de nuestro gobierno, de todos los anteriores y los futuros, es y será limitarse a recoger los cadáveres de los muertos entre las bandas opuestas y llamar a los reporteros para que vayan a tomar fotos y difundir las noticias.

La policía no tiene ni los medios ni las órdenes de comenzar una guerra campal, porque eso sería lo que sería, sin duda alguna. Igualito que lo que pasa en México. El gobierno de México ha sido extremadamente valiente, ha cogido al toro por los cuernos. Desgraciadamente, el narcotráfico da tanto dinero que merece la pena no tener escrúpulos y matar a cuando civil sea necesario para intimidar a la población e impedir que coopere con las fuerzas armadas. Si la policía de nuestro país comenzara a arrestar a los capos, comenzarían a matar a civiles a diestra y siniestra.

Ahora bien, ¿cuánto importa que mueran los que se dedican a envenenar a los demás? Esa es la pregunta que debemos contestar como ciudadanía. Es verdad que da pena ver a chicos de 18, 19, 20 años acribillados en el asfalto en las noticias a diario, pero intentar detener el narcotráfico traería una verdadera guerra sin cuartel.

Por otro lado, si se diera una guerra, los políticos y dirigentes del país serían el blanco predilecto de los carteles, por lo que dudamos que ninguno de nuestros políticos cambie la estrategia de la policía.

Por tanto, ¿qué podemos hacer? Sólo existe una solución y es indirecta: proveerle un futuro decente y económicamente rentable a nuestra juventud. Es exactamente el mismo problema con el que se enfrentan tantos países con los que cultivan marihuana, coca y opio, que dejarían de cultivarlos si le dieran una cosecha alterna que les proveyera una vida decente y próspera.

Las autoridades tienen razón en exigirle a los padres a tener una mayor vigilancia de sus hijos, pero el ganar dinero a espuertas de la mano del narcotráfico es algo con lo que la mayoría de los padres no puede competir. O es acaso que pretendemos que un padre que vive prácticamente en la miseria… ¿pueda convencer a su hijo a vivir de la misma manera el resto de su vida?

El Coquí Cojo ya habló mucho de que la UPR debería tener 200,000 estudiantes, es decir, meter a cuanto estudiante pueda en las aulas, y que el presupuesto de la UPR se considere como una iniciativa contra la criminalidad. En lugar de seguirle comprando nuevas armas a la policía, y cosas por el estilo (mejor pensado de lo que lo decimos aquí), deberíamos proveerle el dinero a la UPR para que acoja a cuanto joven pueda. Y si vienen mal preparados de la escuela superior, que se hagan programas de “inserción rápida” a la UPR para que superen los requisitos de ingreso.

Deberíamos MIMAR, sí, MIMAR a nuestra juventud. Y no sólo por el bien de ellos, sino por el nuestro, para que no terminen matando a nuestros hijos…

Además, a los jóvenes en nuestras cárceles deberíamos darles una educación universitaria dentro de los planteles carcelarios, para que cuando salgan puedan dedicarse a algo honrado, y próspero, aunque se tengan que ir a EEUU. Ellos se convertirían en los mejores portavoces de cambio en nuestro país.

Repetimos, la policía no va a hacer mucho más porque lo siguiente sería una verdadera guerra sin cuartel. Mientras el narcotráfico no vea a la policía como un verdadero peligro, no matará a la gente decente, es así de simple (ni a los políticos… que no sabemos si incluirlos entre la gente decente).

Ahora, la policía y el gobierno sí podrían hacer gran diferencia en la “otra” criminalidad: la que no tiene que ver con las drogas. Contra la criminalidad de género, de abuso infantil, de atracos comunes, etc. sí se podría hacer mucho más de lo que se hace ahora.

Sugerimos que la estadística de asesinatos se divida en dos: asesinatos relacionados al narcotráfico y asesinatos debidos a otras causas. Y no lo decimos porque las víctimas del narcotráfico valgan menos, pero porque desgraciadamente la policía no hace mucho contra los crímenes de otros tipos porque las estadísticas como están estructuradas hoy en día no dan el incentivo que pudieran dar ya que son imposibles de mejorar.

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