Ayer se hizo pública la “colgada” de la UPR en las áreas de gobernanza y fiscalidad señaladas por el organismo acreditador de instituciones de enseñanza universitaria, Middle States Commission. Se anticipa que a raíz de dicho informe vaya a tener lugar una reorganización del Departamento de Finanzas, cuyo director, Gabriel Rivera, dejará el cargo próximamente. Rivera fue traspasado del Banco Gubernamental de Fomento a la UPR en lo que se denomina un “destaque”, que obviamente no es sinónimo de “destacado” según los acontecimientos que han causado su despido. Rivera volverá a su antiguo puesto en el Banco de Fomento, lo cual sentimos de corazón en El Coquí Cojo ya que ahora será todo el país el que se afecte de las “destrezas” de este señor.
Esta mañana podíamos leer sus palabras textuales, aparecidas en el Nuevo Día del 18 de septiembre:
En entrevista con El Nuevo Día, Rivera rehusó comentar sobre las deficiencias que la agencia acreditara identificó durante su visita de evaluación y que informó el jueves de forma oral al presidente José Ramón de la Torre, los síndicos y rectores. “No voy a contestar señalamientos específicos hasta que no tenga el informe por escrito porque puedo equivocarme en mi percepción”, afirmó. Sin embargo, confirmó que se realizaron señalamientos sobre el problema de comunicación que adolece la gerencia, el problema de transparencia y la carencia en los procesos fiscales.
Uno de nuestros reporteros pudo conseguir una copia extraoficial del informe de la Middle States en el que se aclaran los asuntos expuestos por Rivera:
“El problema de comunicación se debe en gran medida a que para no meterse en problemas, la gerencia no dice nada a nadie. Se limita a pasar por la oficina un día a la semana a verificar si la empleada de la limpieza ha realizado su trabajo. Si la gerencia llega a decir algo, normalmente se trata de los planes para el fin de semana. En cuanto al problema de transparencia y carencia en los procesos fiscales, la deficiencia principal es el desconocimiento del principio financiero que exige que los fondos que llegan a la universidad deben ser gastados en asuntos universitarios”. Según la Middle States, este principio dejó boquiabiertos a los encargados de las finanzas de la UPR. Según los presentes, éstos dijeron que nadie les había dicho esto y que el problema radicaba en la carencia de cursos de preparación para los cargos financieros.
En cuanto a la falta de comunicación, uno de los representantes de la agencia acreditadora nos enseñó como evidencia las palabras del mismo Gabriel Rivera que fueron publicadas en el Nuevo Día:
“Tenemos que mejorar la comunicación que por alguna razón no penetra. Hay que ver si es que la gente no quiere que penetre o si es que no estamos usando las estrategias adecuadas para que penetre”, indicó.
El representante de la Middle States dejó salir una mueca y nos dijo: “Obviamente, a este hombre no hay quien le entienda, ¿de qué estará hablando? Le sugerimos que utilice sinónimos de “penetre” para darle un poco más de variedad a su discurso.
El representante también indicó que otra de las deficiencias del Departamento de Finanzas eran sus bajas expectativas: “Esa gente está contenta aunque la universidad se hunda, les da lo mismo”. Recordamos que de las tres áreas deficitarias indicadas en el informe anterior, la UPR sólo logró superar una de ellas: el estándar de ofrecimientos académicos. El delegado de la comisión volvió a utilizar el periódico de El Nuevo Día que llevaba enrollado bajo el brazo para demostrar su punto:
A pesar de estos señalamientos, Rivera adjudicó al desempeño de la UPR una nota de “B” (bueno) porque sólo reprobó dos de tres estándares señalados.
No hay ni que decir que a estas alturas el delegado se estaba partiendo de la risa, “¡imagínese, le da una B por colgarse en dos de los tres criterios que están a punto de desacreditar definitivamente a la UPR!”. Como le caímos bien, nos tomamos unas cervecitas con él y entre muchas cosas nos confesó que en la gerencia universitaria se odian los unos a los otros, que todos quieren el fracaso de sus colegas, y que celebran cada vez que despiden a alguien. De nuevo, para demostrarnos la veracidad de lo que nos estaba diciendo, abrió el periódico y señalando con el dedo utilizó en este caso las palabras de la presidenta de la Junta de Síndicos, Ygrí Rivera, sobre el saliente director de Finanzas: “Desde el principio sabíamos que no iba a estar mucho tiempo”.
En una noticia todavía por confirmar, El Coquí Cojo ha recibido rumores que una productora cinematográfica de Hollywood está en negociaciones preliminares para ofrecerle a Ygrí Rivera un puesto de consultoría para la futura secuela de la película “Pirañas”.
