La mujer acusada de adulterio, Sakineh Mohamadi Ashtiani, quien fue sentenciada a morir lapidada, ha obtenido la "benevolencia" de la corte iraní, que ya no la lapidará, sino que “sólo” la ahorcará, y no por adulterio, sino por haber sido cómplice del asesinato de su marido (lo que muy probablemente no sea cierto).
Así los tribunales iraníes se adaptan a la justicia americana (ya que en EE.UU. sí se acepta la pena de muerte por complicidad de asesinato) y así Irán desarma bastante las críticas internacionales (sólo quedan los europeos ya que la mayoría de sus códigos legales no contemplan la pena de muerte bajo ningún concepto).
El Coquí Cojo denuncia la condena de muerte bajo todos los sentidos. Está muy demostrado que la condena de muerte no evita asesinatos. No hay por qué matar a nadie, la condena perpetua es suficiente (y sólo bajo casos extremos). Siempre debemos creer en la posibilidad de rehabilitación de un ser humano.
No cabe duda que vivimos en un mundo todavía medieval y esperamos que en Puerto Rico nadie se confunda, en nuestra isla hay muchos más asesinatos que en Irán, así que nadie lance las campanas al vuelo.
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