El portavoz de la comunidad riopedrense nos dijo que las palabras del presidente de la UPR, Dr. José Ramón de la Torre, fueron sencillamente insultantes hacia los habitantes que representa. En sus palabras: “Estamos seguros que el presidente habla desde su propia experiencia, ya que a nadie con dos dedos de frente le cabe duda que se robó el puesto que ocupa. Además, si de ladrones se trata, no hay mejores que los del gobierno que le encaramó en el cargo. Obviamente, el 9.6% del presupuesto que se dedica constitucionalmente a nuestra institución académica por excelencia no se refleja en la universidad. Sólo hay que darse un paseo por el recinto universitario para ver que está en ruinas, y que ahí no queda mucho por robar, y que los habitantes de Río Piedras no ganarían nada si tiraran abajo los muros. Al contrario, posiblemente deberían, si eso sucediera, poner una verja que proteja al pueblo de Río Piedras de los sinvergüenzas más peligrosos de Puerto Rico, cuya guaridas principales se encuentran en el Jardín Botánico, Plaza Universitaria y la Torre”. Como ejemplo del estado de abandono total que sufre el recinto universitario de Río Piedras, el portavoz sugirió que nos diéramos un paseo por el estacionamiento que colinda con la avenida Barbosa, donde encontraremos dos carros abandonados desde hace una década por lo menos, que a nadie se le ha ocurrido sacarlos de ahí. El portavoz fue incluso más lejos al decir que no le sorprendería que fuera el mismo José de la Torre quien los hubiera dejado allí.
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El Coquí Cojo te da la bienvenida y espera que pases un rato agradable leyendo nuestras tonterías. Nuestro objetivo principal es el informarte, de una manera jocosa pero ilustrativa, de lo que sucede en nuestro querido terruño. No nos cabe duda alguna que nuestra islita es el epicentro de lo absurdo, y que superamos las más altas cotas del realismo mágico. Nuestros segmentos están basados en noticias reales que afligen a nuestra sociedad. Obviamente, para conseguir lo que consideramos jocoso, pondremos palabras ficticias a personajes reales, aunque en la mayoría de los casos no nos sorprendería en absoluto que las hubiesen dicho. El lector también podrá disfrutar de noticias totalmente falsas; la labor que tiene el lector es averiguar cúales son, tarea que a simple vista pareciera sencilla pero que a veces, debido a nuestra realidad surrealista, no lo será tanto.
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