El tema de la cuota universitaria de $800 se está convirtiendo en la bandera de la próxima batalla entre estudiantes y administración universitaria (léase gobierno de PR). Obviamente, cuando la administración “cedió” finalmente a los huelguistas en julio no lo hizo porque recapacitara y se diera cuenta de que los estudiantes tenían razones de mérito en sus planteamientos sino porque se dieron por satisfechos luego de encontrar medidas para vengarse después. Uno de los ases bajo la manga es la susodicha cuota de $800. Este es el peligro de los malos perdedores, que prefieren vengarse a como dé lugar.
El movimiento estudiantil pronostica que unos 10,000 estudiantes no podrán pagar la cuota en enero y por lo tanto no podrán matricularse. El Coquí Cojo no sabe si quizá este número sea exagerado o no, pero sí sabe, porque es obvio, que ésta es la finalidad de la cuota desde el primer momento que la administración aprobó su imposición. El Coquí Cojo espera que nadie se trague que la causa de la cuota es recaudar fondos. El gobierno no puede privatizar la UPR de forma DIRECTA, pero sí indirecta. En otras palabras, haciendo que la UPR sea cada vez menos acogedora (más cara, más conflictos) fuerza que los estudiantes ya en la UPR se planteen irse a una universidad privada y que los estudiantes que terminan la escuela secundaria ni siquiera deseen entrar a la UPR.
¿Le importa al gobierno que la UPR no sea acreditada por la Middle States Commission? No mucho. Claro que no puede decirlo abiertamente, incluso tiene que aparentar que hace lo que puede para evitarlo, pero sus acciones indican lo contrario. Que la comisión diga que la UPR no cumple con el requisito de gobernanza, en otras palabras, que no se puede gobernar por sí misma, pues… ¡qué le vamos a hacer! La culpa la tienen los revoltosos de los estudiantes…
No sabemos si la comisión americana se dé cuenta que le pone en bandeja de plata al gobierno puertorriqueño (aunque lo supiera no podrían hacer nada porque tienen que cumplir con su misión) la excusa perfecta para continuar con sus planes de ir “cerrando indirectamente” la universidad: se han aceptado muchos menos estudiantes de nuevo ingreso este año, han despedido a centenares de contratados a tiempo completo, y en los planes futuros estará sin duda no aumentar el número de estudiantes de nuevo ingreso, no reemplazar a los profesores que se retiren, despedir a los profesores de probatorio (no se les dará plaza para que se vayan), cerrar recintos menores por falta de estudiantes y fondos, etc. A menor número de estudiantes, más fácil tendrá la administración seguir con su proceso de empequeñecer la UPR.
La población estudiantil que se afectará en mayor medida serán los que pertenecen a la clase de pocos recursos económicos e incluso los que pertenecen a lo que conocemos como clase media baja. ¿Le importa esto al gobierno? Claro que no. Al contrario, prefieren que la universidad pública sea de la clase media alta y alta. Que los chicos y chicas sin recursos se conformen con trabajar en WallMart, o que se vayan a EE.UU. De hecho, los chicos y chicas de bajos recursos ya se han afectado enormemente porque son ellos los que no han entrado este año con la enorme disminución en el número de estudiantes de nuevo ingreso (curiosamente que sepamos, nadie ha hablado de esto en los medios).
La administración sabe que el movimiento estudiantil está perdido, si protestan les hacen el juego a la administración porque ésta no es una administración genuina, está formada por un grupo de traidores a la nación. Así de simple.