Lo que de verdad significa el récord de graduandos del sistema UPR

Todo depende con el cristal con que se mire. Los políticos y administradores tienen cierta afinidad a distorsionar los datos a su antojo para apoyar lo que deseen en esos momentos. Un claro ejemplo lo vemos en la opinión del presidente interino de la UPR, Miguel Muñoz, en cuanto a la cifra récord de graduandos que la UPR ha conferido este año, por encima de 9,300: “Este año se otorgarán 9,323 grados académicos, lo que sin duda evidencia que la UPR es líder educando profesionales de primer orden para continuar adelantando la agenda de desarrollo del País”.

Si la UPR se encontrara en tiempos de normalidad, no tendríamos ningún problema con la opinión de don Muñoz. Lo que sucede es que la cifra récord surge de dos cosas: 1.- las enormes ganas que tienen los estudiantes de la UPR de terminar sus grados académicos para salir de la UPR lo antes posible y no tener que seguir pagando las cuotas caprichosas de la administración, y no sufrir más de conflictos y abusos de poder, y 2.- el plan de empequeñecer al sistema universitario se le ha ido de las manos a la administración universitaria, que ha hecho todo lo que ha hecho sin tener la capacidad de hacer previsiones lógicas.

Hace poco, don Muñoz achacaba a los conflictos universitarios (léase huelgas de estudiantes) el tremendo bajón en el número de solicitudes de ingreso para este otoño que viene. El echarle la culpa al conflicto, y por ende, a los estudiantes, es la estrategia que tendría alguien que pusiera una bomba en un avión, por ejemplo, y que culpara a la aerolínea de turno de no haber sellado el agujero a tiempo para evitar que el avión se desplomara al mar.

En fin, con los 9,323 graduandos, y el bajón de los estudiantes de nuevo ingreso, no nos cabe duda que el sistema universitario de la UPR no alcanzará los 50,000 estudiantes este próximo otoño. Si a esto le sumamos las graduaciones de diciembre y el aproximado 20% de deserciones de nuevos estudiantes que no regresan en enero, nos vamos a encontrar una UPR de unos 45,000 en enero del 2012.

Para que los lectores comprendan la magnitud de la masacre, en enero de 2010, la UPR tenía más de 68,000 estudiantes.

Lo irónico de todo esto es que ahora la administración universitaria tiene en sus manos un nuevo y gigantesco problema: un sistema universitario que gradúa más estudiantes de los que acepta, por lo que el colapso institucional seguirá a menos que tomen medidas urgentes, lo que tememos no es algo que hayan demostrado hacer que se diga muy bien en ocasiones anteriores. Será aquí cuando el sistema seguirá colapsando ya que el número de estudiantes no justificará el número de profesores, ni de empleados no docentes, ni de administradores.

Será ahí cuando la administración de la universidad (léase el gobierno) decidirá si 1.- dejar que el sistema UPR se disuelva cerrando recintos, o 2.- si se arrepentirán de los daños causados (sin reconocerlo nunca jamás) y comiencen a abrir las compuertas de ingreso sin tener mucho en cuenta la calidad de los estudiantes que soliciten.

Si la opción (1) es escogida, quizá sea porque a esas alturas se haya ya acelerado irreversiblemente el plan de hacer de la UPR una institución de investigación científica, lo que requerirá un puñado de investigadores en su mayoría no puertorriqueños y de estudiantes avanzados en su mayoría tampoco puertorriqueños.

Lo interesante de las palabras de don Muñoz es que dejan ver claramente su estrategia política de ponerle un matiz positivo a todo lo que venga, manteniendo una fachada de efectividad administrativa y de aparentes logros bajo su labor. Sin embargo, en El Coquí Cojo no nos chupamos el dedo, y le decimos a don Muñoz que esperamos que no se lave él mismo el cerebro con sus manifestaciones y que dé un giro inmediato a su política, que se distancie cuanto pueda de los titiriteros que controlan sus hilos tratando de demostrarles que las medidas tomadas ya se han salido de las predicciones y que hay una necesidad imperiosa de hacer algo que evite el colapso de la UPR.

No somos ingenuos, y sabemos que don Muñoz no hará nada de lo que le pedimos, y seguirá haciendo creer que todo va viento en popa… como cualquier político mediocre más.