Con la noticia de hoy sobre las camas litera defectuosas que pueden colapsarse, nos pusimos a pensar en que en nuestra isla es verdaderamente un milagro que alguien llegue a los 40 años de edad, por ejemplo.
Incluso en el parto, el bebé debe esquivar las cuchilladas del doctor durante la cesárea. Luego debe evitar ser degollado por la cuna defectuosa donde casi de seguro dormirá durante los dos primeros años de vida. Luego evitar morir ahorcado en un accidente de carro mientras esté atado en su sillita de bebé. Luego evitar no morir aplastado por el hermano que duerma en el nivel superior de la cama litera. De joven, evitar liarse con las drogas que casi todo en quien confíe le ofrecerá tarde o temprano. Evitar morir en un punto de drogas, ya sea vendedor o usuario. Luego evitar que le acribillen cuando maneje por la Baldioroty de Castro o por Los Paseos. Luego evitar los macanazos que recibirá en la UPR cuando sea estudiante. Evitar morir acuchillado cuando cumpla 20 años y se le ocurra ir con la novia al Condado. O evitar ser baleado en el parking de Plaza Las Américas cuando vaya a comprarse unos zapatos o al cine, o en la Placita de Santurce mientras se bebe una cervecita con los amigos. O ahogado en alguna playa por falta de salvavidas… O por una sobredosis… O morir de dengue porque al vecino no le dio la gana deshacerse de las gomas viejas… Y no se nos olvide que tendrá que sobrevivir a los errores de nuestros hospitales públicos…
Bueno, que no hay duda que una tortuguita Carey recién nacida tiene muchas más probabilidades de llegar al agua (por muchas gaviotas que estén dándose el banquete) que uno de nuestros compatriotas llegue a los 40 años de edad.
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