El robo de la luz es un tema interesante ya que nos sirve de barómetro de la miseria del país. Una noticia publicada en nuestra prensa indica que de 247 residencias inspeccionadas, 57 contadores mostraban señales de hurto. Estas cifras significan que un 23% de la población son parte de la cofradía de los amigos de lo ajeno. Sin embargo, a pesar de que estemos hablando de un delito, tenemos que entender que no es fácil para ninguna persona llegar a estos límites. Todo el mundo sabe que no se trata de un hurto indetectable, no se trata de robar algo en un instante y abandonar el lugar, se trata de un robo continuo, donde uno se expone de ser descubierto tarde o temprano. Es un hurto de alto riesgo de ser descubierto, lo que indica a su vez la desesperación económica de nuestro pueblo.
Por su lado, la AEE se dedica a amedrentar a la población publicando a los cuatro vientos las inspecciones que lleva a cabo de forma continua. El director de la AEE, Miguel A. Cordero, nos dice que la agencia cuenta con “con el sistema de lectura remota que nos permite detectar cambios o variaciones en los patrones de consumo de electricidad” en un intento claro de asustar a la gente.
Una cosa es que cuente con el sistema de lectura remota, y otra cosa es que los empleados de la agencia realmente lleven a cabo su trabajo. Suponemos que llevar a la corte a un ladrón de la luz debe costarle al gobierno centenares de veces más que la suma del robo. Y eso de llevar a las familias que se roban la luz simplemente porque son pobres, o la están pasando realmente mal económicamente, es un tanto vil. Claro, siempre tenemos el caso del que se roba la luz por el placer de robarle al gobierno, y “vengarse” de alguna manera de los abusos del gobierno. Y que a la misma vez tenga aparcados en su casa 5 carros. Pero dudamos que sean muchos en esta situación, lo que sucede es que somos muy exagerados y nos gusta pensar que este sea el caso común, siempre evitando reconocer que nuestro pueblo es realmente pobre.
Las palabras de Cordero las diría cualquier persona en su puesto. Sin embargo debemos recordar la cruzada que lleva este señor con el tema del gasoducto Vía Verde. Se trata de defender este proyecto a ultranza, sea como sea. Y claro, el argumento de que la factura de la luz bajará un 10 ó un 20% cuando se construya no tiene importancia alguna si el 23% de los hogares puertorriqueños se roban la luz porque suponemos que el ahorro de la manipulación del contador supera el 20%.
Hay gente que piensa que la luz debería ser gratuita, que fuera un bien pagado por los impuestos. El problema de esto es que desafortunadamente, si fuera gratis, abusaríamos y consumiríamos malgastando. Los aires acondicionados estarían funcionando 24 horas al día. Si tan preocupado está el gobierno por el consumo de electricidad del país, que no duda en atropellar al que haga falta por defender el proyecto del gasoducto, que no escucha a las organizaciones que están en contra del proyecto y sus alternativas, lo que debería hacer es instalar paneles solares en todos los hogares puertorriqueños, de forma que las residencias alcanzaran un alto porcentaje de autonomía energética. Y ¿de dónde saldría el dinero? Simplemente de lo que se intenta gastar en el gasoducto. Y no olvidemos la energía eólica, que unas buenas granjas de molinos podrían alimentar en poco tiempo de un 20% a un 30% de nuestras necesidades energéticas.
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