Otra vez el doble discurso de José Ramón de la Torre. Siempre igual, la sensatez que exige en los demás no se la exige a sí mismo. Ayer, las asociaciones de profesores aprobaron el voto de huelga, es decir, que los profesores podrían irse a la huelga si sus líderes lo deciden así, en cualquier momento, sin aviso previo.
Obviamente, lo hacen porque están convencidos que la causa estudiantil tiene sus méritos, y que entre otras cosas, la cuota de $800 debe ser eliminada porque, entre varias consecuencias graves, haría que cientos, quizá miles, de estudiantes tengan que dejar de estudiar.
El que los profesores hayan decidido apoyar a los estudiantes no es un apoyo gratuito, lo hacen porque se han dado cuenta que ellos son los siguientes en la fila de los palos. Desde agosto, la UPR ha perdido más de 5,000 estudiantes (un 8% aproximadamente) y con la cuota es muy posible que pierda otro tanto. Además, el cerrojo de las admisiones seguirá el año que viene, y encima, muchos estudiantes de escuela secundaria ni siquiera pedirán admisión debido a la cuota de agosto, y la situación inestable de la UPR. Los profesores saben que sin estudiantes, los despidos de profesores serán inminentes, y que incluso los profesores con plaza y pocos años de servicio dirían adiós a sus aspiraciones de promoción.
Invitamos al lector que lea los artículos que hemos publicado sobre la UPR desde que comenzamos el blog el 17 de septiembre. No queremos repetirnos demasiado.
Ante la aprobación del voto de huelga de los profesores, la reacción del presidente no se hizo esperar. Como era lógico en la línea del miedo que ha establecido la administración, Don José amenaza: “Dijo, en entrevista radial (NotiUno), que los que convoquen el paro en detrimento de la institución serán castigados como dispone el reglamento”, según El Nuevo Día de hoy.
Otra de las líneas de acción de la administración es la de culpar a los demás de la posible descertificación de la UPR por la Middle States: “Dijo que un solo día de huelga podría provocar que la Middle State le quite la acreditación a la UPR. Señaló que una desacreditación eso sería una vergüenza mundial. (El Nuevo Día).
Hasta ahora Don José le había echado la culpa a los estudiantes, pero ahora con el voto de huelga, los profesores entran en el círculo de la culpa. Don José no los identifica abiertamente, pero pasa de hablar de los estudiantes revoltosos a culpar a los que provoquen la huelga, en este caso, estudiantes y profesores.
La tercera pata de la estrategia de la administración es la de presentarle al pueblo puertorriqueño una imagen de sensatez:
“La UPR es para que los profesores y los estudiantes estudien, aprendan, enseñen e investiguen. No es para estar haciendo huelga por la patria o por la guerra de tal sitio o por cualquier razón que sea. Es para eso, para la educación. Es lo único que tenemos”, afirmó el Presidente (El Nuevo Día).
El problema es que la sensatez que pide a los demás no se la aplica a sí mismo. Si Don José fuese sensato, y realmente creyera lo que dice, se sentaría 12 horas diarias por los días que fueran necesarios con los representantes de los estudiantes y profesores, y estudiarían todas las posibilidades viables para eliminar o aminorar la cuota en lo que fuera posible, y acordar qué cortes presupuestarios podrían llevarse a cabo de forma que las consecuencias perjudiciales al sistema UPR fueran mínimas.
Por ejemplo, la plantilla de empleados administrativos es inmensa, y la productividad es un chiste. Los procesos burocráticos son nefastos, complicados e ilógicos. Para que un trámite administrativo se lleve a cabo, el papel tiene que atravesar de 5 a 10 oficinas diferentes. Y algo que puede hacer cualquier ciudadano es llamar a los teléfonos administrativos y verá que muy pocos administrativos contestan su teléfono.
La administración y los síndicos han probado hasta la saciedad su incompetencia para gestionar una universidad en crisis económica. No han aportado medidas eficientes. El presupuesto universitario puede cortarse con medidas sensatas.
Por otro lado, la UPR tiene centenares de empleados de mantenimiento que se pasan el día sentados porque no tienen tareas asignadas, ya sea por la pobre gestión o por la falta de recursos. La patética realidad se puede ver en cualquier momento ya sean 10 empleados recogiendo hojas con escobas de mimbre, por ejemplo, o simplemente sentados charlando por horas en los talleres.
El Coquí Cojo no quisiera ver despidos, pero tampoco es justo que los estudiantes paguen todos los platos rotos. La administración y los síndicos son unos vagos que prefieren la vía fácil para ellos: que los estudiantes paguen y punto. Y si se van, mejor. Con menos estudiantes, menos presupuesto será necesario. El problema es que la administración gana tanto si los estudiantes pagan como si se van. Lamentablemente, si descertifican a la UPR, los problemas presupuestarios se eliminan. Si la Middle States descertifica a la UPR, el bajón de estudiante podría llegar a un 75%, por poner una cifra, ya que los títulos académicos no valdrían nada, y recordemos que muchos estudiantes no tienen más remedio que irse de Puerto Rico para conseguir trabajo. Además, no habría becas federales, lo que le cerraría las puertas a casi todos los estudiantes.
Y ¿qué pasaría con los peces gordos de la administración? Nada. Incluso vivirían mejor. Seguirían en sus puestos con muchas menos preocupaciones. Cambiarían el discurso, claro está. Dirían que “ha sido una pena lo que ha provocado la intolerancia de los estudiantes y profesores, y como les advertimos, han sido ellos, los culpables de la descertificación, los que han salido perjudicados. Nunca quisieron escuchar nuestras palabras sensatas. ¡Qué le vamos a hacer! Ahora seremos nosotros, la administración, la que trabajaremos para recobrar la certificación…”
Y la verdad será que no harán mucho, seguirán en sus puestos trabajando aún menos, irán a sus oficinas dos o tres veces por semana, se reunirán una vez al mes, ante la prensa dirán que trabajan sin descanso, que están trabajando con la Middle States pero que el proceso de certificación lleva mucho tiempo… y el pueblo de Puerto Rico seguirá creyendo a estos mentirosos, cegado por sus ideales políticos, los PNP defenderán su gestión universitaria, y los del PPD la atacarán, y no pasará absolutamente nada.
Y la verdad será que no harán mucho, seguirán en sus puestos trabajando aún menos, irán a sus oficinas dos o tres veces por semana, se reunirán una vez al mes, ante la prensa dirán que trabajan sin descanso, que están trabajando con la Middle States pero que el proceso de certificación lleva mucho tiempo… y el pueblo de Puerto Rico seguirá creyendo a estos mentirosos, cegado por sus ideales políticos, los PNP defenderán su gestión universitaria, y los del PPD la atacarán, y no pasará absolutamente nada.
Lo que pasará es que habremos perdido nuestra universidad pública, la juventud puertorriqueña sin recursos se quedará en casa, y venderán droga, robarán a quien puedan, y todos nos preguntaremos por qué hay tanto crimen.
Y los hijos de los políticos y empresarios del país seguirán estudiando en universidades americanas.
1 comment:
Hay que ser pendejo con cojones para seguir apoyando las cagadas asquerosas del hijo de la gran puta que se esconde del pueblo en la fortaleza.
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