En Filipinas, un vigilante mató a un actor tras confundirle con un ladrón. El actor estaba rodando un escena en la que corría alejándose de una motora con un conductor enmascarado.
A raíz de esta noticia, nuestro gobernador, el honorable Luis Fortuño, no sale de la Fortaleza sin llevar un letrero colgado al cuello que diga “Yo no soy un ladrón”, no sea que alguien le confunda con un atracador a juzgar por su programa económico que está causando tantos estragos en nuestros bolsillos.
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