Una nueva asociación de estudiantes universitarios de la UPR ha nacido: UPR en Marcha. Su objetivo es buscar soluciones para sanear las cuentas de la UPR y buscar fondos de fuentes externas que permita que los estudiantes no tengan que correr con las deficiencias de la administración a buscar soluciones.
Por un lado les deseamos éxito y suerte, y alabamos su iniciativa de no mantenerse al margen y depender de una administración que ha demostrado hasta la hartura su incapacidad. Sin embargo, por otro lado, nos apena que los estudiantes tengan que dedicarse a asuntos ajenos a su función de estudiantes, es decir, a estudiar y prepararse académicamente.
Suponemos que se podría considerar como un “adiestramiento” de la vida real por el que desarrollarán destrezas adicionales a sus programas académicos.
En la noticia al respecto aparecida en El Nuevo Día, tenemos que “Entre las propuestas de UPR en Marcha, se encuentran utilizar las patentes y licencias de inventos de la Universidad para poder producir ganancias del producto de éstas, y el uso de energía fotovoltaica en todos los techos de los edificios y construcción de canales de agua para el uso de los baños”.
Un problema que anticipamos es que los estudiantes no tendrán el poder de decidir en qué se utilizarán los fondos y ahorros conseguidos si sus propuestas se llevan a cabo. En otras palabras, será la administración la que decida qué hacer con todo esto, y a juzgar por su “sentido de la justicia”, podemos sospechar que se dedicarán a todo menos a eliminar la cuota. Quizá la administración diga después que la infraestructura ha de ser mejorada, que al fin y al cabo redunda en la calidad de vida de los estudiantes, y argumentos de ese tipo para desviar los fondos a los que les dé la gana. Obviamente, no dudamos que la administración se suba los salarios a sí misma, medida muy popular entre ellos, y pretextos encontrarán de sobra, si es que nos enteramos, claro está, de las subidas de sueldos y dietas.
Otro problema es cómo contabilizar los ahorros y recaudaciones de una manera fiable. Por ejemplo, en cuanto a las patentes y licencias de inventos, cómo será la accesibilidad a cifras exactas por parte de los estudiantes. Si la administración ni siquiera abre los libros de sus cuentas, cómo saber que las cifras que den a los estudiantes sean ciertas.
La solución que le aconsejamos a los estudiantes es que enfoquen sus esfuerzos a donantes como empresas extranjeras y nacionales ubicadas tanto en PR como en EEUU (con empleados puertorriqueños, por ejemplo) y asociaciones de profesionales en PR para que donen fondos SEÑALANDO expresamente su uso para amortiguar la cuota estudiantil. Sería algo así como un teletón que se dedica exclusivamente para recaudar fondos para un objetivo específico, en este caso, financiar la cuota.
Y obviamente, tiene que ser la misma asociación UPR en Marcha la que organizara y recaudara directamente de las fuentes, que las manos “codiciosas” de la administración no pudieran robarse la cartera de ninguna manera.
Y así las matemáticas serían transparentes, sencillas y contundentes. Sea X el dinero que la UPR espera recaudar con la cuota y sea Y el dinero colectado por UPR en Marcha, entonces el monto total de la cuota remanente sería Z = X – Y. Y esta cifra se dividiría por el número de estudiantes y ya está (aunque el que todos los estudiantes paguen lo mismo sin contar el número de créditos que tome cada uno nos parece ampliamente injusto por muchas razones, entre las cuales consta que muchos estudiantes van muy despacito por razones de trabajo y responsabilidades familiares y quizá la cuota les obligue a abandonar los estudios).
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