La Asociación de Psicólogos Boricuas acaba de determinar que la administración de la UPR es “passive aggresive”, es decir, se complace en destruir manteniendo un perfil de cordura artificial y distanciamiento emocional. Este tipo de desajuste psicológico suele alimentarse de fantasías retorcidas y perversas donde la dominación de un “enemigo” considerado inferior es esencial para su propia estima. Según el diagnóstico psicológico, la administración universitaria “no descansará hasta que la universidad sea desacreditada por la Middle States, ese momento representa la victoria final”. También identificaron rasgos claros de psicosis y delirios de grandeza donde los estudiantes juegan el papel de seres infrahumanos que sólo merecen ser pisoteados y humillados.
El portavoz de la asociación indicó que “el cuadro psicológico es claramente enfermizo y sigue las pautas de regímenes totalitaristas, específicamente los ideales fascistas europeos de la segunda guerra mundial, donde el elemento racial jugaba el papel que juega aquí la superioridad que les otorga el poder sobre los estudiantes”.
Le preguntamos qué se podría hacer para que la situación cambiara. La respuesta no fue muy esperanzadora: “Desgraciadamente este tipo de cuadro se forma en sociedades enfermas, no es casualidad que gente así suba a puestos de responsabilidad y autoridad. En muchos casos el círculo de personajes psicológicamente inestables es utilizado por un grupo que se mantiene en la oscuridad del anonimato, muy difícil de detener”.
"En el caso de la UPR, tenemos un jugador inusual: la asociación acreditadora estadounidense, que desempeña el papel del sentido común. La Middle States constituye un personaje extraño en la representación teatral que estamos atestiguando ya que por un lado carece de la autoridad necesaria para controlar al personaje psicológicamente inestable, pero por otro lado es consciente de la catástrofe que se cierne sobre la víctima. La única alternativa que tiene el personaje que representa la cordura y ostenta cierto grado de autoridad es la de mantener el impasse entre victimarios y víctimas, en este caso mantener la probatoria el mayor tiempo posible que permita que se provoquen cambios en el status quo. Desgraciadamente el psicópata tiene el apoyo de una fuerza aún mayor, el gobierno, y a la misma vez la fuerza opositora a tal gobierno no es muy efectiva porque carece de verdadero poder. En otras palabras, la superestructura puede mantenerse al menos dos años más, periodo my superior al de cualquier prolongación de la probatoria".
“Por otro lado, el personaje víctima intenta que el loco vea la cordura, algo simplemente imposible, pero no pierde la esperanza porque es lo único que puede hacer. La tensión va aumentando como en el caso de un volcán hasta que la presión provoca la erupción, en este caso la huelga. Sin embargo, la huelga, que representa la erupción de la crisis, es utilizada hábilmente en el discurso psicópata de la administración para avanzar sus objetivos de destruir al enemigo. El psicópata se descubre cuando su ansiedad llega a un grado que le incita a convencer al personaje externo y cuerdo, en este caso la Middle States, que la destrucción de todo el escenario, en este caso la institución universitaria, es la única salida para resolver el conflicto, aunque represente la muerte de todos los personajes. En esto radica la fantasía psicópata, en la destrucción del enemigo aunque represente la propia destrucción, ya que el psicópata tolera su propio fin convirtiéndose a sí mismo en víctima de circunstancias mayores”.
Nuestro reportero hizo una síntesis de todo esto que no tiene nada que envidiarle al Vini, vidi, vinci de Julio César: “lo tenemos realmente crudo en la UPR”.
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