La rectora del recinto de Río Piedras, Ana Guadalupe, ha prohibido el uso de patines y patinetas en el campus alegando que son peligrosos. En parte tiene razón, aunque sospechamos que todo sea un invento para seguir con su estrategia de ajuste de cuentas y apriete de tuercas. El Coquí Cojo sugiere que la rectora considere otras medidas que mejoren la seguridad en el recinto:
· Hacer peatonal todas las cercanías de la Torre, debido a que transitan demasiados peatones por allí. Esto impediría que los administradores estacionaran en las cercanías de la Torre evitando posibles accidentes. En su lugar, podrían utilizar el estacionamiento público de estudiantes y caminar igual que ellos, claro está, sin utilizar patines o patinetas. Esta medida es lógica ya que toda la comunidad universitaria debería estar bajo las mismas medidas de seguridad. Además el caminar es bueno, y mejoraría la salud de los administradores.
· Incorporar al calendario académico tres recesos semestrales que permitan las asambleas de estudiantes para promover el proceso democrático y los derechos de los estudiantes, clientes al fin y al cabo del sistema universitario. Esta medida mejoraría la seguridad del recinto al hacer innecesaria la confrontación entre la administración y el estudiantado que se genera como consecuencia del poder administrativo actual de obstaculizar el derecho de libre asociación. Los estudiantes, en respuesta, se comprometen a utilizar los días señalados para sus asambleas. Esta medida no sería tan rara, ya que existe lo que llaman una “hora universal” semanal en la que no se dan clases para permitir todo tipo de reuniones académicas entre profesorado y administración. Además, la administración tiene el privilegio de reunirse cuando le da la gana sin el permiso de los estudiantes, por lo que creemos que es irrefutable la lógica de esta medida.
· Imponer ciertas condiciones físicas a la guardia universitaria. No cabe duda que en estos momentos gran parte de ellos no serían capaces de perseguir a pie a ningún ladrón o violador que se interne en los predios universitarios.
· Proporcionar estacionamiento gratuito colindante a Plaza Universitaria con un par de centenares de espacios. La falta de disponibilidad actual hace peligrar la vida a todos los que van a hacer gestiones en las oficinas administrativas de Plaza Universitaria, que no tienen más opción de cruzar la Ponce de León, donde no existe ni siquiera un par de pasos peatonales eficientes. Incluso no sería descabellado colocar a un guardia universitario controlando el paso de peatones hasta que se ofrezcan los espacios de estacionamiento.
· Desalojar los autos abandonados en los estacionamientos del recinto. Muchos llevan varios años y se están pudriendo haciendo que sean un peligro inherente a la salud pública.
· Proporcionar cobertura entre edificios para impedir resbalones y caídas peligrosas debido a suelos resbaladizos causados por la lluvia. Además, el desbordamiento constante de aceras debido a la falta de alcantarillados y mejor diseño de aceras debe resolverse con la mayor prontitud. En el presente existen centenares de empleados no docentes sentados esperando que se les asigne alguna tarea con la que aprovechar el tiempo y los recursos universitarios.
· Mejorar los servicios médicos del recinto, que en la actualidad son realmente desastrosos. Quizá sea una medida efectiva obligar al personal de la administración, incluyendo a la rectora, a utilizarlos obligatoriamente. Esta medida haría que tuvieran un mayor compromiso hacia los servicios. Obviamente, mejores servicios e instalaciones médicas repercutirían en una menor incidencia de problemas de seguridad.
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