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Nov 15, 2010

Primero botarlos de la escuela y luego lo que Dios diga

Como todas las medidas legales que se toman en nuestra islita, la nueva propuesta de someter a los estudiantes de intermedia y secundaria a pruebas de dopaje está basada en la estrategia medieval del CASTIGO sin tener en cuenta cómo resolver la situación de antemano, que la solución sea parte íntegra y bien pensada de la propuesta de ley. El proyecto de ley propone no permitir la matriculación de estudiantes que no superen la prueba de dopaje. En otras palabras, primero se les cierra la puerta de la escuela a miles de estudiantes y luego que se apañen como puedan si quieren regresar a ella. Tendrían que ir a algún programa de rehabilitación para ser después readmitidos a la escuela.
Nos preguntamos si los que proponen el proyecto han establecido una política específica de ayuda a los estudiantes, pero lo dudamos. Políticos sensatos hubieran establecido mecanismos de ayuda, con programas de mejoramiento detallados, bajo instituciones certificadas, para acoger a los estudiantes.
No vemos el porqué prohibirles la matriculación en primera instancia. Sería más sensato referirles inmediatamente a un programa en específico, en una dirección específica, y darle al estudiante un plazo de un mes, por ejemplo, a acudir y comenzar el programa. De no hacerlo, se le suspendería de la escuela hasta que comenzara a acudir al programa. De acudir y no seguir en el programa se le suspendería, y ya no podría reingresar en la escuela hasta el siguiente año escolar, y siempre y cuando, el programa verifique su asistencia y progreso.
Lo que tememos es que nada de esto se haya hecho de antemano, y que desafortunadamente el proyecto se limite a “botarlos” del sistema escolar y que sean los estudiantes los que busquen algún programa de “por ahí” y todo progreso sea firmado posiblemente sin la confirmación real de progreso.
Suponemos que si sacan a los estudiantes del sistema escolar de primera intención, es fácil predecir que el hueco dejado por dichos estudiantes repercutirá en el despido de maestros y asistentes escolares, que quizá sea la motivación original del proyecto. Quién sabe.

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