El INDUNIV, Consorcio de Investigación que representa a 35 industrias foráneas con negocios en Puerto Rico, declaró ayer que ha hecho la petición de que Puerto Rico sea excluido del grupo de naciones que favorecen la inversión industrial por medio del subsidio del costo del salario a los empleados (ya que no tener que pagar impuestos es equivalente a pagar salarios mucho más bajos): “el subsidio que el pueblo de Puerto Rico nos paga para los salarios de nuestros empleados hace que nuestra aportación sea incluso menor a la que tendríamos que aportar si montáramos las fábricas en el Egipto de la época de los faraones. Con este dato esperamos que se podrán identificar con nuestras protestas”.
El portavoz de la Asociación Puertorriqueña a Favor de la Dignidad Humana en el Empleo declaró que “las industrias foráneas que quieran que sus productos lleven el sello de Made in USA pueden desmantelar sus fábricas de nuestra isla y trasladarse a cualquier estado de la unión estadounidense y pagar entre el 8 y el 15 por ciento de impuestos. Sin embargo, tenemos la ligera sospecha que preferirán pagar el 4% que le hemos impuesto. Según la ley que se acaba de aprobar, dentro de pocos años volverá a ser del 0%, lo cual es ridículo, pero en ese momento podrán regresar a la isla si así lo desean, o podrán continuar pagando del 8 al 15% en su tierra. Es enteramente su decisión”.
Un portavoz de la oposición política del país ha declarado que la decisión del gobernador de imponer el impuesto sin haber consultado al consorcio de industrias foráneas fue un gravísimo error. Según sus palabras, “un buen gobernador hubiera convencido a los industriales e inversionistas norteamericanos de que era mejor para ellos pagar impuestos que seguir de gratis. Estoy seguro que yo les hubiera convencido de llegar a un 10% de impuestos. Todos debemos recordar el compromiso extraordinario que los empresarios americanos tienen con nuestro pueblo, y que el hecho de que a partir de que las 936 fueron declaradas inconstitucionales por el gobierno de EEUU, se hayan ido del país la gran mayoría de las industrias norteamericanas no significa que no hayan estado comprometidos con nuestro bienestar. El hecho que las farmacéuticas se hayan quedado por las laxas regulaciones, o el escaso interés gubernamental para su implementación, en lo referente al medio ambiente, no tiene nada que ver con que sea justo el sector de las farmacéuticas uno de los pocos que hasta ahora se haya quedado. Y el hecho que otro sector que ha preferido quedarse contra viento y marea haya sido el sector turístico, no tiene nada que ver con el hecho que sus ganancias extraordinarias puedan deberse a que les permitamos la clara explotación de nuestros recursos naturales, haberles regalado todas las playas supuestamente públicas que han querido, que tengan que pagar las tasas más bajas en el Caribe por ocupante hotelero, y la falta de vigilancia a las ganancias recibidas por la operación de decenas de casinos, no significa absolutamente nada”.
Finalmente, el portavoz de los industriales e inversionistas americanos declaró: “salarios subvencionados por el gobierno de Puerto Rico y la falta de vigilancia de regulaciones ambientales o de cualquier otro tipo que pueda desfavorecer el ambiente empresarial son buenas razones para montar fábricas en Puerto Rico. El 0% en impuestos nos agrada más que el 4%. Creemos que nuestro compromiso con el pueblo puertorriqueño está hartamente demostrado con las donaciones que hacemos de vez en cuando, como forzar que nuestros empleados boricuas donen su esfuerzo en su tiempo libre para limpiar playas un día al año, o pintar un plantel escolar de vez en cuando”.
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