Fortuño firmó hoy la ley aprobada hace unas semanas por la que se rebaja de un 30% a un 10% la contratación de grupos de música autóctona (en su mayoría música jíbara y plena) en los eventos municipales y oficiales del gobierno. Esto no quiere decir que se reduzcan los gastos de las actividades, ya que si la duración de las actividades disminuyera, el 10% dejaría de ser un 10% de la actividad (a menos que la actuación durara 3 minutos y para tocar una canción es mejor ni presentarse). Es decir, las actividades quedarán igual, con los mismos gastos totales y todo, pero ese 20% de diferencia será para tocar otro tipo de música.
Obviamente no nos extraña que sea el PNP quien haya hecho esto, es natural. Lo que es innatural es que en los mitines políticos alardeen de que la estadidad defiende nuestros valores patrios. El que se crea esto es simplemente un morón de siete suelas. El que se crea que si somos estado, vamos a mantener nuestra representación deportiva en un plano internacional es un morón de catorce suelas. Y el que se crea que PR seguirá siendo el mismo es un morón de veintiuna suelas. ¿Entendido?
Bueno, si pasamos a buscarle solución al problema de la rebaja del 30% al 10%, suponemos que la consecuencia mayor será que en el presupuesto de las actividades, sólo un 10% irá a los grupos musicales autóctonos, es decir, un tercio de lo que era hasta ayer. Esto se traduce de dos maneras: a.- se contrata a un solo grupo en vez de a tres, o b.- se paga un tercio de lo normal a cada grupo. Entonces... ¿cómo se adaptan los grupos musicales de música jíbara y plena? Tenemos varias sugerencias:
1.- Un conjunto de seis integrantes pasa a ser de dos: las combinaciones pueden ser muchas pero las dos más rentables serían: güiro y cantante; o güiro y palitos (y que cante el que le dé la gana de los invitados a la actividad).
2.- Que se haga un espectáculo de lucha libre en el que los tres conjuntos se peleen hasta que sólo uno quede en pie, que será el que toque en la actividad. Los ingresos de la lucha libre se lo reparten entre todos y así incluso los dos conjuntos que no toquen podrán irse con algo en los bolsillos.
3.- Que dos tercios de los grupos de música jíbara y plena del país se adapten para tocar música Country americana (seguro que esto lo respalda Fortuño y secuaces) con los mismos instrumentos que usan ahora para la música autóctona. El cambio no es tan difícil como suena, la música Country es como la de los boleros pero aún más borrachos.
4.- Hacer un boicot y el grupo de música jíbara que sea contratado a la actividad se niegue a cantar a última hora, obligando a que nadie cante ya que si el 10% es CERO, cualquier otro porcentaje tiene que ser CERO POR LEY. Confesamos que es ésta la medida que más nos gusta en El Coquí Cojo, simplemente por subversiva ante el poder abusivo y cabrón de los gobiernos que tenemos siempre.
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