Hace unos días Fortuño se negó a hablar de lo que pasaría con el deporte si nos convirtiéramos en estado. Siguiendo el refrán del que calla otorga, creemos que el silencio del gobernador se puede traducir de la siguiente manera:
¿Qué carajo va a pasar? Pues que nos quedaremos sin representación deportiva en las competencias internacionales, ¿o es que alguna vez has visto al equipo de Wisconsin compitiendo en las Olimpiadas? A ver si me explico, la única posibilidad que un atleta puertorriqueño aparezca en una competencia internacional será porque sea integrante del equipo que lleva las letras USA en el uniforme. Pero claro, con el apoyo miserable que le damos al deporte, ya que no tenemos ni siquiera dónde caernos muertos, cosa que dudo que cambie con la estadidad, no creo que esto pase en mil años. Claro, existe una nueva vía para que alguno de nosotros compita internacionalmente: que se incluya nuevos deportes o actividades que de alguna manera podamos describir como “deporte” que nos favorezca, como por ejemplo: 1.- desmantelamiento de Toyotas, 2.- número de asesinatos sin resolver al año, 3.- Tiro al blanco (definiendo “blanco” a una persona viva e inocente), 4.- Años en el gobierno sin contribuir nada, 5.- Errores hospitalarios. En todas estas “actividades deportivas” somos campeones mundiales. ¿Ha quedado claro mi silencio?
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