Una vez que discrepa con Ygrí Rivera y el gobierno, don José Ramón de la Torre se “enteró” al fin que era un monigote del gobierno y por tanto, fue despedido en el acto. Claro, ni Ygrí ni el gobierno iban a “depedirlo” abiertamente. Esas cosas se hacen en privado y se le pide una carta de renuncia al susodicho y se le da el privilegio (como si fuera escoger lo que quiere cenar antes de la horca) que se inventara cualquier pretexto de su predilección. En este caso, don José atribuyó su renuncia a “serias razones de carácter familiar” como aparece en la carta de renuncia de ayer.
El día anterior, don José envió una carta a José Figueroa Sancha pidiéndole la salida de la policía del recinto de Río Piedras, a raíz de los tristes acontecimientos del pasado martes. En la carta a Figueroa Sancha, don José explica que su decisión surge luego de reunirse con la APPU y la HEEND (y que ambas organizaciones se comprometieron a velar por la seguridad del recinto, de la accesibilidad a clase de los estudiantes que así lo quisieran).
No cabe duda que la guerra campal entre estudiantes y policías del martes llevó a don José al límite de su trayectoria servil al gobierno y suponemos que pensaría que no quería terminar con sangre en sus manos. Por lo tanto, solicitó la retirada de la policía antes de que ocurriera una verdadera desgracia (con “verdadera” nos referimos a muerte o lesiones físicas irreversibles, ya que desgracias un poco menores ya han ocurrido bastantes).
No nos extraña que la carta a Figueroa Sancha fuera escrita sin consultar con la Junta de Síndicos ya que don José sabía muy bien que los síndicos, comandados por Ygrí, no iban a consentirlo.
Suponemos que fue la sabuesa del gobierno, Ygrí Rivera, la que sin dudarlo pensó en botar a don José lo antes posible. Luego de que los rumores de la renuncia comenzaron a circular, un reportero le preguntó a Ygrí Rivera sobre el asunto. A esto, la judas de Río Piedras contestó que no sabía nada y que don José no le había comunicado nada. ¡Lo que es la falta de escrúpulos! ¡Como si no supiera nada! La grotesca imagen que pusimos ayer de Ygrí se ha quedado muy corta como reflejo del alma (bueno, seguro que no tiene) de este monstruo viviente.
Bueno, El Coquí Cojo se alegra de la renuncia de don José, que pasará a la historia de los presidentes no interinos como El Breve, aunque desgraciadamente el poco tiempo que duró le fue suficiente para prácticamente desmantelar la universidad. Le deseamos una larga vida en la que le dé tiempo suficiente para purgar sus pecados por incompetencia y por haber vendido su alma al diablo, léase gobierno.
Por otro lado, estamos sumamente preocupados por el próximo o próxima presidente. Aunque El Coquí Cojo es ateo, ha hecho una excepción(por si acaso) y ha comenzado a rezar con fervor para que no sea Ana Guadalupe. Al parecer, Ygrí no puede ser candidata.
Las declaraciones de la cúpula estudiantil ante la renuncia de don José fueron realmente acertadas al decir que mientras se mantengan las políticas de la administración, no ganaremos mucho. El problema es que ni Ygrí ni el gobierno permitirán que alguien con criterio propio, con la suficiente presencia para cambiar la política sea nombrado presidente. Para eso está la junta de síndicos con Ygrí y sus 11 acólitos oportunistas (sólo 6 síndicos discrepan con la política, los de la carta de petición a que se retire la policía, asunto que se discutirá el lunes por la junta) que no lo permitirán.
Por otro lado, Ygrí y el gobierno dicen que la policía permanecerá en el recinto mientras sea necesaria, lo que a su vez quiere decir que será mientras haya incidentes de seguridad. Obviamente, la comodidad de la asignación para el grupo de policías que está allí (sin peligro que digamos, cobrando un dineral en horas extras, etc.) no será abandonada así por así. Siempre habrá un policía dispuesto a darle un empujón a algún estudiante para comenzar la bronca…
Y por último, la reforma universitaria viene en camino. No creemos que sea difícil presagiar que lo que harán será seguir el ejemplo de las universidades estadounidenses, donde el número de profesores es muy inferior al nuestro ya que todos los cursos básicos son enseñados por estudiantes graduados a precios miserables.
En fin, veremos a ver qué sucede.
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