Según la prensa de hoy, José Molinelli, geomorfólogo puertorriqueño, muchas escuelas colapsarían si tuviera lugar un terremoto de 7.3 grados, magnitud del sismo ocurrido en 1918.
Se nota que don José no está al tanto de la situación de la mayoría de nuestras escuelas que ya colapsaron hace tiempo… En realidad, a juzgar por el estado de las escuelas, nadie se daría cuenta que habría pasado un terremoto a no ser por las palmeras o árboles derrumbados cercanos a los planteles…
Según el Departamento de Educación: “la ventaja de no hacer mantenimiento a las escuelas, es que en realidad las hace inmunes a cualquier desastre natural. Las consecuencias de un temblor de 18 grados (se nota que no entienden mucho de lo de la escala Richter) no tendrían importancia…”.
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