En la entrevista aparecida hoy en el New York Times, el nuevo presidente interino de la UPR, Miguel Muñóz, deja claro que no tiene ni idea de lo que está pasando en la UPR y menos de la situación económica de los estudiantes.
Lamentablemente, don Miguel es otro más de los que piensan que la UPR es un “regalo” en cuanto a los costos, que tiene deudas por lo que la cuota está justificada, etc., etc. En resumen, trivializar al máximo el conflicto y ya está. Si don Miguel realmente se cree lo que ha dicho, estamos ante un gran problema, otro presidente que no tiene ni idea de la gravedad de lo que está pasando. Y si no se cree lo que ha dicho, tenemos a otro corrupto como presidente de la UPR.
No nos cabe duda, señor Muñóz, que si el promedio de ingresos por hogar fuera de $60,000 como en muchos estados americanos, no habría problema aumentando los gastos universitarios.
No entendemos en El Coquí Cojo cómo nuestros políticos no entienden que no estamos en EE.UU., que estamos en una isla donde el 75% de los habitantes son pobres o bastante pobres, valga el adjetivo.
En fin, ya lo tenemos claro, el gobierno no es capaz, o no quiere, poner a alguien con dos dedos de frente en la silla de la presidencia de la UPR.
Lo gracioso es que don Muñóz se quejaba de que había la impresión de que al ser agrónomo, la gente no creía que fuera científico. Ahora nos damos cuenta que su comentario tiene bases fehacientes. No por nada el hombre lleva ese resentimiento, y a juzgar por sus palabras en el New York Times, la agronomía no es una ciencia. Lo cual no es verdad, lo que sucede es que este señor es idiota, nada más. Es un agrónomo idiota, para escarnio de la agronomía.
Ojalá alguien le aconsejara leer El Coquí Cojo para que se entere de lo que sucede en la UPR, o al menos, tenga otra opinión. Además, los que tienen los medios económicos suficientes, tienen la alternativa de ir a las universidades privadas. La UPR, por tanto, no tiene por qué llenar las demandas de los pudientes, sino justo al contrario, proveer un futuro a aquellos puertorriqueños de escasos recursos que no tienen otra alternativa que ir a la universidad pública, y entre otros objetivos, el asegurarse que ningún puertorriqueño con talento y ganas de superación se desperdicie, tanto por ellos como para el país entero.
Ojalá alguien le aconsejara leer El Coquí Cojo para que se entere de lo que sucede en la UPR, o al menos, tenga otra opinión. Además, los que tienen los medios económicos suficientes, tienen la alternativa de ir a las universidades privadas. La UPR, por tanto, no tiene por qué llenar las demandas de los pudientes, sino justo al contrario, proveer un futuro a aquellos puertorriqueños de escasos recursos que no tienen otra alternativa que ir a la universidad pública, y entre otros objetivos, el asegurarse que ningún puertorriqueño con talento y ganas de superación se desperdicie, tanto por ellos como para el país entero.
1 comment:
Ayer un chatero decía en Radio Huelga que el tipo era bruuuuuto. Ahora entiendo por qué.
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