Estamos de acuerdo con sus palabras, aparecidas en la prensa de hoy: “La incapacidad del Superintendente queda demostrada cuando dice que no viene a realizar cambios en la uniformada. Sin embargo, el Informe del Departamento de Justicia federal señaló 133 medidas correctivas que deben realizarse para que el cuerpo de la Policía le brinde sus servicios al pueblo como se merece”.
Sin embargo, el problema mayor no es despedir a don Emilio, es que se dé por enterado. No nos sorprendería que si le despidieran, pasaría un año más yendo a la oficina sin haberse enterado de que ya no es el superintendente. Esto lo decimos de broma, la verdad es que don Emilio no es tonto, sino que se hace el tonto porque le conviene. Y eso de que no tiene estrategia no es cierto, su estrategia es hacerse popular y necesario entre la uniformada, es decir, defender a los policías a capa y espada y ofrecerles todo lo que le pidan. Esta es la estrategia de don Emilio. Y como ninguna reforma sería popular, el enquistamiento es su carta de triunfo. Si don Emilio aguanta un par de añitos, no va a ver dios que lo saque del cargo, porque sacarle del cargo sería ganarse a toda la policía de enemiga.
En una república bananera, en un par de años don Emilio haría un golpe de estado y se convertiría en dictador de la nación. Y su primera medida como dictador sería mandar a fusilar a todos los que nos hemos reído del tamaño de sus orejas... En ese caso, el Coquí Cojo tendría que huir del país en una yola a Santo Domingo. Pero que conste, eso de que los coquíes sólo pueden vivir en PR es una idiotez, que se lo pregunten a los hawaianos...
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