Ante la ola de asesinatos donde se decapitan a las víctimas, el Departamento de Manipulación de Estadísticas de la Policía de Puerto Rico (DME) se encuentra ante el mayor reto hasta la fecha en su labor de reclasificar delitos tipo 1, o sea, de grado salvaje, a delitos tipo 2, es decir, los que a nadie le importa. Según el portavoz del DME: "Todavía barajamos la posibilidad de reclasificar a los homicidios en los que la cabeza de la víctima aparece cercenada a varios pies de distancia como suicidios. Lo que tenemos que probar es que un ser humano es capaz de cortarse el cuello por completo antes de perder el sentido y caer al suelo... Otra posibilidad, aunque un tanto menos creíble, es reclasificar dichos asesinatos como multas de tráfico por conducción temeraria, o en último caso, como carjackings para que sean las autoridades federales las que se encarguen de dichos crímenes y así nosotros podamos irnos a tomar un café con donas...".
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