El Coquí Cojo sugiere que se le cambie el nombre a la Secretaría de Corrección ya que eso de Secretario de Corrección se puede malinterpretar muy fácilmente. Suena a un señor que lo hace todo correctamente, con mucho pudor y conciencia de no molestar. Nos viene a la mente alquien que es incapaz de cometer errores, infalible como los católicos dicen del Papa.
Por lo tanto, sugerimos otros nombres a la agencia, como Secretaría de Centros Penitenciarios, o Secretaría de Instalaciones Carcelarias y Reformatorios Juveniles, o cualquier posibilidad en esa línea de pensamiento.
Lo irónico del nombre actual es que en la realidad los Secretarios de Corrección no han parado de equivocarse, es decir, que muy correctos no están en nada de lo que hacen o dicen.
Ahora, sí se podría establecer una nueva agencia, pequeña y eficiente, que se dedicara a CORREGIR las falsedades y mentiras dichas por nuestros políticos. Este tipo de agencia sería una bendición para desanudar entuertos. Sería como un comité cuya responsabilidad sería el cotejar la información que barajan los políticos y nos tiran a la cara todos los días. Un buen ejemplo son las estadísticas de la policía, que todos sabemos están más manipuladas que la masa de harina en las manos del panadero. No estaría mal que la nueva Secretaría de Corrección nos sacara de dudas en este asunto y nos dé las cifras verdaderas y las compare con las que nos da el señor infraintendente de la policía, don Emilio Díaz Colón.
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