Hoy nos enteramos que de construirse, el gasoducto sólo funcionaría a un 30% de su capacidad por falta de demanda energética, y por tanto, de combustible. En otras palabras, el gas que circule por el tubo será aproximadamente un 30% de lo que podría llevar. ¿Y por qué? Simplemente porque la demanda de la isla sólo necesita ese 30%. Esto quiere decir que desde que se hicieron los planes se ha planificado un gasoduto que sería suficiente para una isla con unos 11 ó 12 millones de habitantes, no 3.7.
Es cierto que cuando se planifica un proyecto de esta magnitud se ha de tomar en cuenta el crecimiento en la demanda que se espera en los próximos 10 ó 20 años, para que el proyecto no caduque demasiado pronto. Sin embargo, en este caso es obvio que han planificado por encima de toda previsión lógica de crecimiento, lo que nos hace sospechar que el verdadero criterio utilizado fue el de "a mayor el proyecto, mayor será su costo; y a mayor sea el costo, más numeroso será el número de contratistas y suplidores; y a mayor número de contratos, mayor será la probabilidad de comisiones ilegales por debajo de la mesa".
En la noticia de prensa se deduce con mucho acierto que el hecho de que el gasoducto lleve sólo un 30% de su capacidad implicará que cada día sólo suplirá a una de las tres centrales energéticas actuales en el litoral norte, es decir, que cada día la administración de la AEE decidirá cuál de las tres centrales operará ese día, mientras las otras dos se chupan el dedo. Pero no todo se acaba ahí, existe una cuarta central, en el litoral sur, que también debe ponerse en funcionamiento, por lo que la "rotación de centrales" será de 4 días, no de 3. Lo irónico del asunto es que esta cuarta central está ubicada en el litoral sur, por lo que el gas no sería suplido por el gasoducto.
Tomando todo esto en cuenta, no hay que ser un genio para calcular que se podría suplir un 80% de la necesidad energética con la central de Peñuelas. Con una sola de las centrales del litoral norte (Palo Seco, Cambalache o San Juan) junto a la de Peñuelas se podría surtir el 100% de la necesidad energética de sobra.
En resumen, las matemáticas son sencillas: el gasoducto Vía Verde no es necesario, con un embarcadero de descarga de gas natural alimentando una de las centrales existentes en el litoral norte sería suficiente. Podríamos aceptar que existiera una conexión (si es que no existe hoy) entre las tres centrales norteñas en caso de avería en una de ellas, y así poder enrutar el gas a las otras dos.
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