Dios Santo, ¿a quién coño he elegido?
Si parecía que era una persona normal, si hablaba cosas sensatas, si vestía bien y todo, y ahora resulta que le gusta vestir de mujer, o sacarse fotos desnudas en cuatro patas y divulgarlas a los cuatro vientos, o que tiene varias amantes por ahí, o que le gusta pegar a su esposa, o que defiende a los traficantes de droga, o que se vende por 5 pesos, o que se regocija al decir que le han regalado un carro cuando es mentira, o que se emborracha y sale tan alegremente en las fiestas de políticos americanos tratando de besar a una rubia detrás de una columna, o que se droga tanto que se esconde cuando quieren hacerle un test de pelo...
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