El padre Justiniano, en su sermón del domingo pasado, dejó a sus feligreses con la boca abierta:
Yo, como tantos ustedes, llevo sin electricidad desde que pasó Irene. ¿Alguien me ha oido quejarme? Pues claro que no, y ¿por qué? Porque yo sé muy bien que la única luz que necesito es la luz que Dios me envía cada día. Yo no puedo depender en el director de la AEE, el señor Cordero, para que en mi casa haya luz. No creo que nadie dude que lo que suele traer el señor Cordero a nuestras casas son las tinieblas, por lo que he empezado a sospechar que este hombre es un emisario del que vive allá abajo, ustedes me entienden. Eso de que su apellido sea Cordero, lo tacha inmediatamente de impostor ya que sólo Jesucristo es el cordero de Dios, y en sumo caso, los corderos somos nosotros, el rebaño de Nuestro Pastor Jesucristo. El señor Cordero es realmente un lobo, quien acepta bonos sabiendo que no ha hecho absolutamente nada para ganárselos. Este tipo de gente se conoce en mi pueblo como sinvergüenzas, ni más ni menos. El señor Cordero es un acólito de Satanás, no cabe la menor duda. No hay nada más que verle, esa cara demoniaca que tiene, esa mirada satánica que lanza a los que no están de acuerdo con él. El señor Cordero quiere que todos vivamos en las tinieblas... pero los que están conmigo podrán despejar las nubes de la oscuridad por medio de la luz de Cristo...
1 comment:
Ya me imagino la reacción de los penepés que sólo van a calentar los bancos con su cu...ello blingblineao (hasta con un crucifijo, qué vergüenza). Esa es la verdad, y la verdad nos hará libres.
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