Después de ser expulsado del gobierno (bueno, renunció minutos antes de que lo echaran), Luis Farinacci le confesó a los amigos que lo que más lamentaba era no seguir viviendo con su esposa (todavía el divorcio no ha sido finalizado que sepamos nosotros) para darle un par de galletas, empujones y correazos.
En sus palabras: “¡ya la cogeré!”
No comments:
Post a Comment