La nueva directriz de la rectora del recinto de Río Piedras, Ana Guadalupe, de registrar las entradas y salidas de los usuarios de las bibliotecas en dicho recinto ha levantado ampollas. El director interino y directores auxiliares, y demás funcionarios del sistema bibliotecario, han entregado una carta de protesta ya que según ellos, el registro atenta contra el derecho a la privacidad. Obviamente no creemos que sirva de nada ya que eso es precisamente lo que busca la rectora: quitarle todo derecho a los estudiantes, considerados por ella como terroristas de Al Qaeda o equivalente.
No sabemos todavía cuáles son los motivos y objetivos exactos de la directriz de Ana Guadalupe, pero de seguro que no son buenos. Doña Ana Guadalupe se divierte encontrando nuevas maneras de presionar y coartar la libertad de los estudiantes. Suponemos que si el registro se lleva a cabo, cifras bajas podrían llevar a despidos del personal de las bibliotecas, e incluso al cierre de bibliotecas.
No nos extrañaría que Ana Guadalupe llegara a considerar innecesarias las bibliotecas en la universidad teniendo en cuenta lo poco que le importa la UPR, con la obvia excepción de mantenerse en el puesto y cobrar su sueldo.
La medida tal vez responda a las expectativas de la administración en cuanto al número de estudiantes que quedará en la UPR luego de la imposición de la cuota y el cerrojo en el número de admisiones. Es posible que con el incremento del precio de la leche, la Biblioteca Lázaro se convierta en una vaquería eventualmente.
¿Se acuerdan qué pasó con la Librería Universitaria? La cerraron hace unos 4 años diciendo que era para realizar mejoras y que reabriría en dos años? El resultado: nunca tendremos otra librería en el recinto de Río Piedras. Por lo tanto, si cierran las bibliotecas argumentando mejoras… nunca reabrirán.
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