En días recientes ha habido dos noticias que a primera vista no parecieran estar conectadas: 1.- los niveles de depresión en la población puertorriqueña han alcanzado cotas alarmantes, y 2.- se intercepta un vehículo oficial del Departamento de Familia lleno de bebidas alcohólicas.
Según la directora de la agencia, ésta no tiene nada que ver con el asunto y se buscan responsables. Sin embargo, ¿no será que ya no saben qué hacer y no han tenido más remedio que recurrir al remedio más antiguo para combatir la depresión: emborracharse?
No creemos que sean muchos los que se opusieran al reparto gratuito de bebidas alcohólicas para combatir la depresión del pueblo. Hay que ahogar las penas…
No nos sorprendería que el siguiente paso de la política del Departamento de la Familia fuera repartir barajas, incluso comenzar un servicio de apuestas, y fomentar competencias de baile. Así completarían la famosa terna de baile, baraja y botella, que tan bien les funcionó a los españoles para controlar el disgusto de las colonias.
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