La reunión entre la administración y los estudiantes no ha dado los resultados esperados por los estudiantes. Tampoco podría catalogarse de fracaso. Como habíamos anticipado, a estas alturas del juego, los administradores y síndicos tienen en cuenta sus propios intereses, lo que espesa aún más las negociaciones. Los estudiantes no son astutos negociadores. Ellos van con un montón de propuestas que bajo sus ojos son incuestionables. Propuestas que eliminan la necesidad de la cuota y desde el punto de vista económico, solventarían las dificultades financieras de la universidad. Sin embargo, bajo los números existe otra realidad, la de los intereses creados. Don José sólo quiere aparentar ser flexible, estar dispuesto a escuchar a los estudiantes, y otras cosas parecidas para intentar cambiar la imagen de mano dura que ha desplegado desde un principio y que ha fracasado.
Para que el impasse se solucione a favor de los estudiantes, don José debería ceder. No se trata de ceder de manera caprichosa, sino ceder ante la evidencia y la incuestionable gama de soluciones que no requieren la cuota. Pero estas ideas no son suyas, son de los estudiantes, y aceptarlas implicaría reconocer su incapacidad como administrador. No es que don José no haya aceptado en un par de ocasiones su falta de preparación en asuntos económicos. Incluso llegamos a pensar que era su forma de abrirse a otras soluciones… pero no fue así, fue simplemente cuando le atraparon en un par de mentiras.
Si don José cediera y eliminara la cuota, muy posiblemente tendría que renunciar a su cargo en pocos días, quizá semanas. Dejar el camino para que alguien mejor preparado y sin el historial anti-estudiantil que él equivocadamente se ha labrado a sí mismo con insólito esmero le sustituyera y tomara el timón de la UPR. Sin embargo para ello hace falta un gran hombre. Curiosamente su edad funciona como una navaja de doble filo. Por un lado, si renunciara al cargo no implicaría que perdiera otras oportunidades gerenciales futuras ya que a su edad, don José no esperaría grandes aventuras. Incluso, suponemos que fue una sorpresa cuando le propusieron la presidencia en primer lugar. Entendemos que no pudiera negarse a la oportunidad de salir a la palestra pública, y sobre todo, en un cargo tan prestigioso. El otro filo de la navaja es que entendemos su tozudez a ceder ya que a su edad, cualquier cesión implicaría admitir su fracaso como presidente de la UPR y pasar por la puerta del ostracismo… y pasar a la historia como el peor presidente de la UPR.
Sin embargo, lo que está en juego no es poca cosa, son más de 10,000 jóvenes que podrán o no seguir estudiando… más los miles que no entrarían a partir de agosto. Si don José fuera un gran hombre, cedería y renunciaría a su cargo. A largo plazo, la historia le juzgaría como alguien lo suficientemente sabio para rectificar. En un sentido, es una lástima que se haya empecinado de esa manera con todo lo que ha pasado por sus manos. Don José ha demostrado una y otra vez de que es totalmente incapaz de evaluar una situación compleja con una actitud lo suficientemente flexible que le permitiera hacer cambios según fuesen cambiando las circunstancias o fuese llegando nueva información que abriera el camino a soluciones mejores. Don José no es capaz ni de administrar un colmado.
Pensamos que la dinámica que de la Torre está tomando es la de ganar tiempo para que llegue la fecha de la supuesta renaudación del semestre, se imponga la cuota y los estudiantes que puedan pagarla rompan las filas de los huelguistas, e incluso presionar al recinto de RíoPiedras a través del férreo control de los estudiantes de los recintos periferales. Don José está usando la intervención del gobierno a su favor prometiendo a los estudiantes que llevará sus propuestas al gobierno. Lo mismo ha dicho el gobierno cada vez que se reúne con los estudiantes. Es decir, en lugar de reunirse las tres partes, ahora el gobierno y la universidad se pasan la papa caliente entre sí. No hay duda de que el gobierno tiene más ganas de arreglar la crisis debido a las consecuencias electorales que se han ido formando, mientras que la administración universitaria sólo piensa en impedir a toda costa cualquier solución que elimine la cuota e implique su propia incapacidad gerencial.
Es una lección que están aprendiendo los estudiantes: la buena fe y las pruebas claras de soluciones alternas no son suficientes. Y mientras tanto, la huelga corre el peligro de perder fuerza a partir del 11 de enero.
Los estudiantes deberían comenzar a amenazar individualmente a los involucrados. Ha llegado la hora de aceptar de una vez que don José y doña Ygrí no moverán un dedo en favor de su patria por mucho que esto parezca imposible de comprender. A ellos no le importa en absoluto que este país se vaya a la mierda, siempre y cuando puedan conservar sus cargos y privilegios. El Coquí Cojo aconseja a los estudiantes a que recojan firmas para tres peticiones por separado: pedir la destitución de don José, doña Ygrí y doña Ana. Las peticiones deben ser hechas por separado y ser entregadas en un acto público al gobernador. Además, los estudiantes deberían manifestarse con el único propósito de que los tres jinetes del apocalipsis sean destituidos, con las fotos individuales de los tres, cruzadas por diagonales rojas.
En las peticiones deberían quedar claras las razones por las que estos individuos deberían ser destituidos. Como por ejemplo, 1.- incapacidad gerencial dada a la incuestionable falta de preparación administrativa, gerencial y conocimientos económicos y financieros; 2.- falta de buena fe en las negociaciones; 3.- por darle preferencia a sus intereses personales sobre los intereses institucionales; 4.- por representar un peligro a las opciones de futuro de las siguientes generaciones de puertorriqueños. Etc., etc.
Quizá esto no resulte en renuncia alguna, pero dejaría claro el rechazo estudiantil a estos incompetentes ante la opinión pública. E incluso le daría una razón adicional al gobierno para que presione un poco más hacia una solución alterna a la cuota.
1 comment:
Estoy de acuerdo contigo: "Los estudiantes deberían comenzar a amenazar individualmente a los involucrados. Ha llegado la hora de aceptar de una vez que don José y doña Ygrí no moverán un dedo en favor de su patria por mucho que esto parezca imposible de comprender." Yo entiendo que somos once recintos una sola UPR . Eso implica que somos once trincheras de lucha para lograr lo justo y necesario. Me gustan tus propuestas y además, sugiero:
1. campaña para humanizar a nuestro estudiantado y profesorado que ha sido vilipendiado por la administración de la UPR y del gob.
2. recogido de firmas en lugares públicos de todos los municipios donde hayan recintos de la UPR para que el alcalde, asamblea municipal, representantes y senadores de esa área se comprometan a que se derogue la cuota.
3. Una ofensiva internacional en los medios: YouTube, facebook, etc. de la defensa de la educación pública y accesible y el derecho de estos 10,000 estudiantes de lograr sus sueños.
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