“¡Menos mal!” dijo con alivio el Dr. Ernesto Torre, al enterarse de la muerte de Katie Donahue esta tarde. Así se cumple su “diagnóstico” de que se iba a morir sin importar dónde la llevaran y qué tratamiento utilizaran.
Ayer El Coquí Cojo criticó el mal agüero con el que don Ernesto se despidió de su paciente, cuya familia optó por llevársela a Miami. Según testigos, don Ernesto se pasea por los pasillos del Centro Médico determinando quién va a morirse y quién se salvará con el movimiento de su pulgar, tal como hacían los emperadores romanos en la arena del Coliseo.
En una película familiar del momento en el que la ambulancia se llevaba hace dos días a Katie se puede apreciar a don Ernesto despidiéndose con el pulgar hacia abajo. “La suerte estaba echada”, señaló uno de sus colaboradores al observar la película.
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